Capitulo 22

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Regina

Tome una taza de café y me senté en la isla de la cocina, después de la charla con Emma en su habitación baje para desayunar mientras ella terminaba de prepararse para ir a buscar a Henry. El solo hecho de pensar en ese niño me hacía sentir culpable por haber sobreactuado por la noticia.

-Soy una idiota ¿cómo voy a pensar que ella y Ruby podrían tener un hijo?

-¿Quien tiene un hijo con Ruby?

Una voz grave me asusto. Me gire y Graham entraba a la cocina con el ceño fruncido, se acercó a la cafetera y se sirvió una taza.

-No quiero ser descortés pero hice una pregunta.

-Me asustaste.

-Lo siento pero sigues sin responder.

-Nadie tiene un hijo con Ruby es solo que anoche descubrí que emma y ella tienen una conexión de sangre y hoy en la mañana Henry llamó y le dijo mamá y como idiota que soy comencé a sacar conclusiones.

Graham se atragantó con el café y comenzó a reír, alce una ceja extrañada nunca creí que sería posible ver a Graham reír.

-¿Por qué te ríes?

-Perdon es que ¿Emma y Ruby? Es absurdo.

-Si Emma dijo lo mismo.

-¿Entonces has hablado con ella de esto?

Asentí y tomé un sorbo de café, Graham se sentó en la banqueta frente a mi esperando a que continuara.

-Me contó cómo fue lo de Ruby.

-¿Y Henry, te hablo de su historia?

-Si toda y es por eso que me siento culpable.

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Emma Flashback.

12 años atrás.

-¡Emma!

Alguien gritaba mi nombre pero no podía ver quién era, el mundo me daba vueltas y en lo único que podía pensar era en terminar con todo el dolor de una vez, como pude me levanté y comencé a caminar a través de un callejón.

-¡Emma alto!

-Déjame.

Me tomaron del brazo quitándome la botella de whisky que tenía en la mano, me giré rápido hacía el idiota que se había atrevido a tocarme y me encontré con la persona que menos quería ver en ese momento.

-Lárgate Neal, déjame en paz.

-¡No! te he estado buscando por meses y no te dejaré en este estado, vendrás conmigo te guste o no.

-Solo lárgate, no quiero tu ayuda.

-No me interesa lo que tú quieras, vendras conmigo.

-¡Dije que no!

-Y yo digo que si.

Un voz grave y bastante familiar gritó detrás de mí, luego un golpe en la espalda me hizo caer al suelo, cuando estaba intentando levantarme dos fuertes brazos me alzaron dejándome cabeza abajo sobre su hombro. No podía ver la cara del sujeto pero era muy obvio que era David.

A God loves only once - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora