Robert Flashback
La noche se hizo presente después de un día sumamente agotador, mis planes se habían ido al infierno por ese imbécil, estaba claro que algo iba a salir mal si era tan idiota como para meterse con mi esposa también lo sería para hacer un simple trabajo.
Salí a media noche de la reunión de urgencia con los Dioses por lo que había ocurrido y me retiré a mis aposentos para verificar que mí esposa ya no estuviera allí y como era de suponer no lo hacía de seguro estaría en la tierra llorando la pérdida de su amante. De inmediato hice provecho de su ausencia para dar un paseo por el inframundo aunque no era propio de mí me sentía mal por lo que había ocurrido y de alguna forma quería repararlo, baje hacia la tierra después de asegurarme que nadie notará mi ausencia, llegue a las puertas del inframundo y el barquero se encontraba esperando como si supiera de antemano que iría a verlo a él, sin decirle absolutamente nada me subí y comenzó a remar perdiéndonos en la neblina espesa de los mares oscuros.
Si había una forma de arreglar las cosas era con su ayuda, solo esperaba que accediera hacerlo pero tenía mis serias dudas de que así fuera, llegue a las puertas de su casa y antes de poder dar un paso dentro, dos perros gigantes se hicieron presentes, les sostuve la mirada fría y se hicieron a un lado comencé a caminar por pasillo amplio hasta llegar a su sala de estar, abrí ambas puertas y entré sin más.
-!Hay puertas! ¿Porque nadie de ustedes las respeta?.
-Necesito hablar contigo… A solas.
Se encontraba sentado en un amplio sofá tomando lo que parecía ser un vaso de whisky, a su lado se encontraba Perséfone que al verme entrar de esa forma se levantó de inmediato, esa pobre chica me daba mucha lástima, Hades la había secuestró hacía muchos años y la terminó enamorando a la fuerza. El dios del inframundo tomó de un trago todo el contenido del vaso y se rió.
-¿El gran Dios de la Guerra necesita mi ayuda?
Se paró y volvió a servirse Whisky luego miró a la joven y le pidió que nos dejará solos, ella asintió sin cuestionar nada y se fue.
-¿Quieres algo de beber?
-No
Se alzó de hombros y volvió a sentarse cruzándose de piernas y estirando el brazo sobre el respaldo de sofá.
-Te escucho ¿que quieres?
-Necesito que revivas a alguien.
-Habla con el departamento de reencarnación tal vez ellos puedan ayudarte.
Se rió, a veces podría jurar que estaba demente y no lo culpo tenía décadas encerrado en ese lugar por lo que había hecho además cualquier encierro podría llevarte a la locura y ni hablar de estarlo en el inframundo.
-Escucha no estoy jugando, de verdad necesito que tú lo hagas.
-Yo tampoco juego sobrino.
Se levantó dejando el vaso en una mesa y se acercó a mí pasando su brazo sobre mis hombros.
-Cuando salgas pídele al barquero que te lleve con Timoteo, es un buen sujeto te agradara. En estos momentos el es quien se encarga de las almas que vuelven al mundo de los mortales, ya noo tengo interés en ellos asique le deje todo el trabajo, yo solo me limito a manejar las almas importantes.
-Si es como tu dices el no me puede ayudar.
Me soltó y caminó hacia la chimenea tono una fruta de las que se encontraban en la bandeja que estaba sobre ella y comenzó a comerla.
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A God loves only once - Libro 1
FantasiEmma, La Diosa de La Luna perdio a su gran amor miles de años atras, por decisiones tomadas en su pasado termino viviendo en nuestro mundo como una simple mortal. Un dia inesperado los fantasmas del pasado volvieron para atormentarla, ¿estará en con...