A God loves only once - Libro 1

Capitulo 28

Graham 1555

-¿Cómo te llamas?

-Graham

Un estruendo se escuchó a lo lejos e inevitablemente me puse en guardia, fue una pésima idea porque el dolor que sentía en mi abdomen se intensificó e hizo que volvía a caer sobre la cama donde estaba recostado y que en ese momento note por primera vez.

-Tranquilo, no es nada son solo mis tíos. Deben estar discutiendo o algo así.

Iba a contestar cuando la puerta se abrió de repente y un joven entró a la habitación acomodando su chaleco.

-Neal ve con David y dile que se calme.

Cuando escuché su voz me sorprendí rotundamente era la de la joven que me había ayudado, fruncí el ceño, era extraño ver a una mujer en pantalones y chaqueta.

-Te dije que se enfadaría.

-No hice nada malo, le salve la vida ahora ve y hazlo entrar en razón.

-Bien, bien.

El joven nos dejó solos y comencé a sentirme incómodo, la rubia me miraba intensamente como si tratase de leer mi mente. Me sentía intimidado. Tragué grueso sin saber qué esperar, se acercó tomó la silla que estaba junto a la cama y la pego a la cama para luego sentarse, acercó su mano derecha a las sábanas que cubrían mi cuerpo y quiso bajarlas pero se lo impedí, no podía dejar que me viera desnudo, porque estaba seguro que me encontraba completamente desnudo debajo de las cobijas.

-No te haré nada solo quiero ver tu herida.

-Estoy bien no hace falta.

-¿Es porque soy mujer?

Su tono de voz cambió rotundamente y un tejo de enfado se escuchó al decir mujer. Contuve el aliento, no sabía que decir por miedo que pasaría pero contra mi buen juicio dije que si.

-Si

Suspiró molesta y se recostó con los brazos cruzados contra la silla. Trate de acomodarme mejor en la cama pero el dolor punzante me lo impedía.

-Esperaba más de un eterno.

-¿Eterno?

-Eso creí, no tienes idea de que eres.

-No se de qué hablas.

-¿Cuántos años tienes?

-30

Sonrió burlona y se acercó mirándome con los ojos entrecerrados, mientras apoyaba sus ante brazos sobre los muslos. Luego levantó un dedo y me señaló.

-Se que mientes ahora dime ¿Qué edad tienes?

-30

No podía dejar que supiera mi verdadera edad, me entregaría a los guardias reales cuando supiera quien era realmente. Solo un adefesio del demonio.

-Debí haberte dejado con los guardias, si no cooperas no puedo ayudarte.

-¡Emma!

La voz del joven que se encontraba a mi lado cuando desperté resonó en la habitación, no nos habíamos dado cuenta que estaba allí hasta que hablo pero al parecer había estado escuchando todo desde un comienzo.

-¿Sigues aquí?

-Cuando fui a buscar a David ya no estaba asique volví. Pensé quedarme a un lado para ver cómo te las ingeniabas para entrar en confianza pero al parecer sigue siendo tu punto debil. Deja que yo hablé con el.