Capítulo 10: "Chantaje"

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Un par de pelinegros volvían de su paseo por el pueblo de Fri pan cuando a la distancia la pelinegra vio un lujoso auto parado en la puerta de su modesta vivienda.

¡Cómo se me pudo olvidar¡ dijo la pelinegra preocupada.

¿Qué pasa mi amor?, dijo Gokú mirando a la bella.

Nada, nada, se me olvido algo que tenía que hacer hoy pero aún hay tiempo, dijo la pelinegra con una dulce sonrisa mientras pensaba: No quiero preocuparlo, ya veré como soluciono ese problema con ese antipático.

¿Puedo ayudarte?, dijo Gokú.

No mi ángel, mejor te acompaño a que tomes el bus para tú pueblo ya vez que ya va hacer hora de que pase el último bus, dijo la pelinegra con nostalgia.

No estés triste, nos comunicaremos cada fin de semana como quedamos, dijo Gokú sonriendo.

Si tienes razón, mañana iré a despedirme de ti, dijo Milk.

La pelinegra acompaño al joven de cabello alborotado a tomar su bus, antes de que su amado suba al mismo el par de pelinegros se dieron un dulce beso luego la pelinegra volvió a su casa.

¿Usted es la señorita Milk Ox?, dijo un hombre de cabello marrón.

Si, dijo Milk.

El joven Ouji me mando a recogerla, dijo el hombre.

Espéreme unos minutos voy a comunicarme con mi padre, dijo la pelinegra mientras el hombre asentía.

Minutos después:

No te preocupes papito, estaré bien, espero poder lograr que ese hombre nos permita pagarle en cuotas nuestra deuda, decía Milk.

¡Cuídate hija¡ cualquier cosa llámame, decía el padre de la pelinegra por la línea telefónica.

Así lo haré papito, decía Milk dando por terminada la llamada.

La espero para que se cambie, dijo el hombre.

No es necesario, así estoy cómoda, además con su jefe no tengo ninguna cita solo iré a hablar con él de negocios, dijo la pelinegra que vestía un sencillo vestido color lila y sandalias.

Como usted diga señorita, dijo el hombre abriendo la puerta del auto para que la pelinegra subiera.

¡Gracias¡ dijo Milk.

Horas después:

El auto que transportaba a la bella jovencita pelinegra se detuvo frente a un lujoso restaurante, justo cuando la pelinegra iba a abrir la puerta esta se abrió y tras de ella encontró vestido de manera muy elegante a la persona que tanto detestaba.

Me alegra ver que eres inteligente, dijo Vegueta con una sonrisa irónica que incremento la molestia de la pelinegra.

No era necesario, dijo Milk bajando rápidamente del auto al tiempo que el joven cabello de flama con la mirada le indicaba al chofer que se retire.

Sígueme, te llevare a la mesa que nos corresponde, dijo Vegueta con firmeza.

¿Cree que soy tu mascota o qué?, insolente y luego dice que tiene mucha educación, decía la pelinegra en voz baja mientras caminaba tras de él.

Ya te oí, dijo Vegueta continuando su camino mientras la pelinegra empuñaba sus manos del coraje que sentía.

Luego de algunos minutos de caminata Vegueta detuvo sus pasos en pequeña mesa que estaba apartada de todas las demás.

"El niño sin amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora