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La cena transcurrió tranquila entre risas y comentarios

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La cena transcurrió tranquila entre risas y comentarios. Leo y Esme observaron con curiosidad la relación de amistad entre Magalí y Bea. No era la primera vez que la veían interactuar, pero sí era la primera vez que las veían en un ambiente relajado y luego de enterarse de aquellas verdades que ambas guardaban muy dentro en sus corazones. Además, desde que las cosas con Leo habían mejorado, Bea era otra mujer, mucho más relajada y algo divertida, incluso sacaba algunas risas de Magalí y eso les resultaba cómico a ambos. Paolo veía un partido mientras las mujeres conversaban y preparaban café luego de la cena. Coti ya se había dormido en brazos de su padre y Leo y Esme jugaban un partido de ajedrez en la mesa del comedor.

—Cuando veo a tu mamá así no me da tanto miedo —bromeó Leo divertido y Esme se encogió de hombros.

Magalí y Bea tomaron asiento en la mesa al lado de ellos mientras tomaban su café y comentaban sobre una novela que ambas veían.

—Oye... Dice que Leonardo tiene novia —dijo entonces Magalí.

—Sí... algo he oído —contestó Bea divertida mientras los chicos las miraron algo incómodos.

—¿La conoces? —preguntó la mujer.

—La he visto un par de veces —respondió Bea mirando a Esme de reojo, las mejillas de la chica se encendieron de inmediato.

—A ver si la próxima la invitas y la conocemos —mencionó Magalí a Leo.

—¿Y Esme? —preguntó Bea divertida—. ¿Sale con alguien?

—Pues no... por el momento creo que no hay nadie. Regresó un vecino de la infancia, Adrián, y parecía tener mucho interés en ella, pero no sé por qué a mi hija no le interesó —suspiró—. A ver si se consigue alguien pronto, no quiero morir sin ver a mis nietos —zanjó.

—Eres una exagerada, mujer —dijo Bea riendo—. Son jóvenes y los chicos de hoy no son como antes, Magalí, ella tiene toda una vida por delante, debe estudiar, prepararse, conocer gente y lugares —añadió.

—Los chicos de hoy no tienen límites —respondió Magalí—. No quiero que se pierda por el camino, me gustaría que se case bien no con cualquier chico que no la valore ni la respete, uno que trabaje duro y le garantice un buen futuro.

—Pero yo quiero estudiar o tener mi propia carrera, no quiero depender de un chico —dijo Esme logrando la atención de todos, incluso la de Leo que sonrió al oírla. Cuando la conoció pensaba tan distinto que había logrado sacarlo de sus casillas un montón de veces.

—Siempre es bueno tener un hombre al lado, Esmeralda, un sostén —añadió Magalí, Bea solo rio y negó, había cosas de su amiga que no iban a cambiar tan fácilmente.

—Yo lo que creo es que Esme es una chica fantástica que puede lograr todo lo que se proponga, no necesita un chico en quien sostenerse ni que la mantenga, pero sería genial que estuviera con alguien que la ame y la valore —dijo Leo mirando a su novia.

Ni tan bella ni tan bestia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora