Al despertar me encuentro con la calidez de los brazos de Josh, quien me rodea la cintura con suavidad. Su cabeza está recargada en mi hombro y ya me empieza a cansar. Me remuevo lenta y pausadamente hasta librarme de su amoroso amarre, sin embargo, al elevar mi cabeza soy forzada de cerrar mis ojos al sentir el intenso dolor que se ha implantado en mi frente.
Tomo aire para continuar con mis planes: llegar al baño y ducharme una vez más.
Me siento sucia.
Estoy tan adolorida que me cuesta ponerme en pie, pero luego de dos intentos lo consigo. Al entrar, lo primero que hago es verme al espejo. Suelto un grito al percatarme del penetrante color morado que se tiñe desde mi pómulo izquierdo hasta casi mi mentón.
Joder, con razón me siento tan mal. Lo bueno es que no es un golpe tan grave como el que recibió todas mis emociones. Las cuales han hecho revivir una parte de mis sentimientos por James; ayer provocó que mi estomago se contrajera y mi corazón latiera con fuerza; sino hubiese sido por él, Marcus habría logrado su objetivo. Además, la forma en la que me acunó entre sus brazos, por un instante me hizo recordar el motivo por el cual me enamore tan perdidamente de él. Una lastima que al entrar al mar, su mirada me juzgara.
Sigo sintiéndome fatal, pero tengo que seguir. Hoy es día de Acción de Gracias y si quiero ir con la madre de Josh, necesito fingir que estoy bien.
Con valor, me animo a tocar con la yema de mis dedos el inicio del moratón, pero en cuanto lo hago, un dolor inmenso inunda el área.
¡Haré que Marcus pague caro esto!
El miedo que tenía ayer hacia él, ha sido sustituido por una sensación de ira inmensa. Así que se prepare porque así tenga que mover mar, cielo y tierra para que pague con creces, lo haré.
Nunca he sido una chica débil, y a pesar de que ayer me derrumbé, sé que si trato podré levantarme de esta.
No dejaré que alguien me pisotee.
Luego de un rato, me encuentro en el estacionamiento del edificio, esperando a la pareja más increíble de todas. André y Adeline. Han quedado de cenar con nosotros. Y que bueno, ver una cara amigable hará que el ánimo se me eleve.
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Cuando eras mía©
Roman d'amourSecuela de "Cuando era tuya", para poder leerla tendrás que haber leído el primer libro. Dicen que el primer amor nunca se olvida; dicen que donde hubo fuego cenizas quedan, pero Camille está convencida de que ha olvidado a James Scott, el hombre...