16. ¿Por qué arruinar todo lo que teníamos?

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Sé perfectamente que no debo buscarla, pero mañana es Acción de Gracias y necesito verla

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Sé perfectamente que no debo buscarla, pero mañana es Acción de Gracias y necesito verla. Siempre la pasaba con ella y su familia. Este año a pesar de que estaré solo, me conformo sólo con verla.

Voy hacia su salón y veo que todos los alumnos están inquietos.

—¿Y su maestra? —pregunto a una pelirroja.

—Creo que sigue en el estudio. Siempre llega tarde cuando le toca ahí —responde para después volver a prestar atención a su móvil.

Me quedo fuera esperando a que llegue. Veo el reloj que marcan más allá de las once del día. Ya se ha tardado bastante. Sé que es impuntual pero no tanto. Tal vez necesita ayuda para guardar algunas cosas.

Le digo a la chica que me indique en dónde está el estudio. Agradezco y voy con calma, no está tan lejos de aquí, sólo tengo que subir tres pisos por las escaleras.

Al llegar al solitario pasillo, observo los cuadros que están colgados en la pared y sonrió al ver uno que hizo Camille; es de una pareja enamorada, que solamente ella y yo sabemos que protagonizamos.

Me detengo de golpe al escuchar que alguien golpea la puerta.

¿Qué mierda fue eso?

Donde sea algún chiquillo tratando de molestarme, le rompo la cara. No estoy para soportar bromas.

Sasha me ha llamado hace un par de horas. Me ha dicho que Marcus la dejó en Florida sola, me ha hecho soportar absolutamente todos sus berridos, entiendo que esté así, pero vamos... ese sujeto es un idiota.

El corredor está tan solo, que imagino que la chica me ha mentido.

Ni siquiera en niños puedo confiarme.

Doy media vuelta para caminar y largarme de aquí, sin embargo me detengo al escuchar un fuerte golpe en una de las puertas acompañado de un grito ensordecedor.

—¡Ayuda! ¡Ayuda! —grita una voz completamente desgarradora. Corro hasta la puerta donde se ha escuchado el sonido.

Los vellos se me han erizado por completo y mi corazón se detiene al identificar aquella voz. Mi corazón late frenéticamente y mi estomago se convierte en un vil nudo, si Camille está ahí adentro...

—¿Camille? ¿Eres tú? —pregunto esperando a que todo sea producto de mi imaginación, pero al escuchar el fuerte ruido de un golpe sé que ella está dentro.

Trato de abrir con la perilla pero está trabada.

¡Maldita sea!

Mi respiración se descontrola por completo al escuchar los sollozos detrás del muro. Sé que Camille está ahí atrapada.

Al ver que el pórtico no cede, empiezo a golpear con mi hombro la puerta hasta que logro tumbarla.

Entonces contemplo mi peor miedo hecho realidad.

Cuando eras mía©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora