Josh sale disparado hacia el lado derecho. Yo entro sin importarme lo que han dicho los doctores. Que les den por el culo, por su culpa estuve a punto de perder a Camille.
Me inclino y le doy un beso en su fría frente.
La quiero tanto que duele.
No entiendo como es que no vi antes lo valiosa que era. No, si lo veía, es sólo que en ese entonces era un tremendo estúpido.
—Te prometo que si despiertas haré todo para que vuelvas a ser mía —susurro— . Te prometo que no me importará luchar contra tu novio y tu familia, pero sobre todo contra tu orgullo. Te prometo que daré absolutamente todo de mi parte para que tus latidos vuelvan a cantar mi nombre, y tus sueños me vuelvan a aclamar. Te lo prometo.
—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunta Josh, con los ojos hinchados de tanto llorar. Me burlaría de él, sino fuera porque a mí también se me han escapado unas cuantas lágrimas—. La doctora ha dicho que la dejemos descansar.
—Los médicos son unos idiotas —afirmo en tono despectivo—. Por su culpa mi Cam estuvo a punto de morir.
Él pone los ojos en blanco.
Espero que caiga a mi provocación, pero no lo hace. Sólo se limita a encogerse de hombros y agrega lo siguiente:
—La familia de Camille viene en camino, así que será mejor que te marches. Yo no puedo partirte la cara, pero el señor Sanderson sí.
Suelto un suspiro y paso de largo.
No me apetece ver la escena que el castaño hará al entrar, de seguro le besará los pies.
Salgo del hospital y me trepo a mi auto, pongo algo de música y me concentro en el camino a casa. He quedado con Sasha para cenar. Espero que esta vez si aparezca. Adoro a mi hermanita, pero aveces es un maldito dolor de cabeza. Gracias a ella supe que Camille estaría en esa galería, y aunque no me atreví a bajar del coche, sí la vi irse con el estúpido ese.
Suelto un bufido.
Me dolió tanto verla en brazos de Josh.
Puedo jurar que cuando ellos estaban bailando, el cuerpo de los dos parecía que fueran solamente uno. Se complementaban de una manera que jamás había visto en nadie, ni siquiera cuando ella estaba conmigo.
No quería que me viera, en verdad.
Planeaba largarme y dejarla ser feliz aunque fuera en los brazos de otro hombre, pero Camille clavó su mirada en la mía, y supe entonces que tenía que intentarlo. Tenía que intentar luchar porque me escuchara. Por un momento creí que había causado el mismo efecto que antes le provocaba, pero me equivoqué. Me había topado con una chica completamente diferente a la que recordaba.
Su voz cariñosa se había evaporado. Sus ojos estaban llenos de ira, ya no de amor, y su cuerpo emanaba un total rechazo hacia mi persona. Pero cuando destruyó las pinturas, supe que en realidad mi Camille había desaparecido.
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Cuando eras mía©
RomanceSecuela de "Cuando era tuya", para poder leerla tendrás que haber leído el primer libro. Dicen que el primer amor nunca se olvida; dicen que donde hubo fuego cenizas quedan, pero Camille está convencida de que ha olvidado a James Scott, el hombre...