47. La boda

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La ceremonia finaliza y yo estoy hecha un mar de lágrimas

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La ceremonia finaliza y yo estoy hecha un mar de lágrimas. André y Adeline finalmente están casados y eso me hace sentir inmensamente feliz. Mi mejor amigo merecía tener su final de cuento y sé que al lado de la chica que eligió lo va a conseguir. 

Estoy segura de que nacieron para estar juntos. Sólo se necesita ver como se miran para saber lo mucho que se quieren. 

El hijo de Adeline se me acerca y me pregunta si estoy bien. 

—Sí, Nick —digo, tratando de controlar el sollozo—. Es que las bodas siempre me causan melancolía, pero no te preocupes —Acaricio su cabello y le sonrío. 

—Entonces iré con Nani—murmura—. Por cierto, tienes la nariz roja. Te pareces a un reno. 

Suelto una carcajada, mientras observo como el niño se marcha de aquí para irse con su abuela. Limpio mis ojos con cuidado de no arruinar más mi maquillaje para después enderezar mi mentón y sonreír con sinceridad. 

Paso desapercibida entre el vaivén del salón. Han empezado a quitar los asientos para acomodar las mesas. La decoración es bastante linda. Los novios si que decidieron celebrar a lo grande, y que bueno, porque ambos se lo merecen. 

Al sentarme en la mesa correspondiente me topo de nuevo con Josh. Me siento a su lado y aparto una botella de vino que está junto al hermoso centro de mesa. 

—Tú te la quieres pasar bien ¿no?—me pregunta con una mueca divertida—.  No te culpo. Ha sido una semana difícil. 

Me encojo de hombros. 

—Quiero relajarme un poco. Eso es todo —añado—. La colección me tiene loca. Aún me falta terminar una pintura y la exposición se realizará en tres días. 

Una sensación de culpabilidad aparece en mi estomago, sin embargo trato de ignorarla. No tengo que preocuparme el día de hoy. Necesito estar tranquila y pasarla bien. 

Josh se revuelve el cabello.

—Puedo apostar a que acabarás ese cuadro en unas cuantas horas. Eres asombrosa, princesa —musita, mientras clava sus ojos en mí. 

—Gracias, Josh. 

Sonrío, ocultando todo lo que me hace sentir. 

Me he vuelto una experta en controlar todos mis sentimientos hacia él y no pienso hacerlo hoy. Eso no sería bueno para ninguno de los dos. Y si bien, Josh y yo sabemos que estamos locos el uno por el otro, no seré yo quien dé el primer paso. Si quiere que lo volvamos a intentar que sea él quien me demuestre que vale la pena el riesgo, y juro por mi vida que lo tomaré sin pensar en las consecuencias. 

Después de unos minutos llegan más personas para sentarse junto a nosotros. Me parece haberlos visto cuando André le propuso matrimonio a Adeline. 

Mi corazón salta al imaginar que la chica con la que Josh tuvo sexo se apareciera aquí. Si eso sucede me cambio de mesa. No soportaría verlos juntos. 

Cuando eras mía©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora