Un cuchillo y un niño

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Era un evento de parte de mis abuelos. Parecía como alguna boda de plata o de oro... de esas que se celebran cada ciertos años en un matrimonio. El punto es que toda la familia estaba reunida, en una misma mesa nos  pusieron a mis padres, a mi hermana, a algunos tíos y primos cercanos que nunca faltan a las bodas y a mí. Pero lo más raro es que yo no sólo iba con mi familia, mi acompañante del evento era Carlos Franco y por alguna razón éramos una pareja, al menos en ese día.

El evento iba bien, era aún de día y Carlos y yo no parabamos de ser cursis y besarnos mientras estaba lista la cena. Cuando anunciaron que  la cena estaba lista tuvimos que levantarnos e ir por la comida, en ese momento Carlos y yo nos dirigíamos por la cena mientras que mi cabeza no comprendía cómo pude besarme con él en frente de mi padre y familiares si mis padres me tienen prohibido salir con chicos, eso explicaría el mal genio que adquirió mi padre durante la cena.

Debíamos de tomar un plato cada quién y Carlos y yo fuimos los últimos pero cuando fue mi turno en coger un plato, éstos se habían agotado y claro tuvieron que mandarme por uno.

Baje las escaleras y llegué al patio principal de mi casa, (parece que todo este tiempo el escenario era mi casa) y hablé con el "encargado" del evento preguntándole por un plato.

Mientras el señor procesaba mi petición observé a niños jugando en la calle, como cada día, era muy de noche y la única luz era la del faro que estaba justamente a lado de la casa.

Todo iba tranquilo hasta que algo pasó y todos alrededor empezaron a comportarse muy raro, yo no sabía qué había pasado pero lo siguiente fue una escena que observé en cámara lenta.

Un chico en patineta se tropezó cayendo en la banqueta, se recuperó poco a poco y pudo quedarse sentado a la orilla. Mientras que a pocos metros a lado de éste chico había un niño (no muy pequeño) que pateó un cuchillo (de no sé dónde salió) dirigiéndolo al chico de la patineta.

El cuchillo voló por los aires y estuvo a centímetros de caer en la cabeza del chico, y yo espantada por un momento y asustada al siguiente porque el cuchillo tocó el suelo y rebotó cruzando el rostro de un niño del que nadie había notado su presencia.

El cuchillo le atravesó la mejilla y lentamente fue cortando la piel, la escena fue horribe y sacada de una película de terror. Las personas a mi alrededor estaban igual de espantadas que yo y nadie pudo reaccionar.

Histérica huí del lugar y volví a subir las escaleras hasta llegar a la mesa donde estaba mis familiares y Franco. Me senté y estaba tan asustada y no podía dejar de recordar ese momento. Todos estaban tan tranquilos y ni siquiera habían notado que yo había vuelto a la habitación y sin el plato encargado.

Mi madre se sentó a lado mío y me susurraba palabras de aliento mientras me abrazaba y cepillaba mi cabello. Abrazada a mi mamá, me encontraba observando en frente de mí a mi pareja de la velada, tan tranquilo mirándome,  mis ojos gritaban y suplicaban su consuelo pero él estaba completamente quieto, sin quitar su mirada en mi.

Lo único que podía pensar era en cuánto deseaba que imitara lo que mi mamá estaba haciendo. Pero no se movió. 

Dentro de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora