Bajo La Lluvia (eaktrap)

Capítulo 2: Nadie Se Mete Con Este León

Desde el primer día nada cambio, el mismo chico seguía haciéndole esas pesadas bromas a town, el no las soportaba, quería vengarse, pero sentia de que si llegaba a devolverle la broma algún día nadie dudaria en señalarlo a el cuando preguntasen quien lo había hecho. Tampoco le había comentado sobre esto a ningún profesor, ya que eso fue lo había hechó en su otra escuela y no termino muy bien que digamos...

Algunos días se pasaba, y hoy era uno de esos días el chico pelirrojo había recibido una de las peores bromas (según el), estaba parado frente a su casillero, con los ojos abiertos como platos, observando como el agua caia de adentro de este. Su expresión se había vuelto algo triste ya que en ese casillero estaba su cuaderno, lleno de recuerdos, dibujos y mensajes de sus ex compañeros, partituras y canciones, era uno de los tesoros de town, lo tomo entre sus manos y lo observo, cada una de las páginas estaban mojadas, la tinta de las partituras se había corrido y los dibujos hechos con lápiz a mano eran casi imposibles de distinguir. Suspiro y saco todo de ahí para luego pasar un pañuelo que llevaba en el bolsillo, respecto a los libros y cuadernos que había pues, los puso todos en un bolso aparte.

Entro al salón, y fue dirigido a su asiento, al sentarse el chico. Peligris se dio vuelta y le dio una sonrisa de lado.

-Padre santo!! No digas de que eso también te pareció cruel!!, acaso nadie tiene sentido del humor aqui?!- padre..... Al escuchar esa palabra town recordó algo, saco el cuaderno de hace unos minutos y ojeo algunas páginas, cuando encontró la página indicada sus ojos se llenaron de lágrimas que limpiaba rapidamente, como el pensaba, la única foto que quedaba de el con su padre estaba toda mojada con la tinta toda corrida, no se ditinguia casi nada mucho menos el rostro de el. Algunos sollozos se hicieron presentes en el chico, estos llamaron la atención del águila que indiferentemente pregunto:

-y ahora que te pasa?-

-...- el chico se limpiaba las lágrimas rápidamente, para luego formar una mueca de desagrado que iba dirigida al bromista.
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Cuando estaban en clase el chico no podía concentrarse muy bien, se encontraba algo angustiado, aparte que el sonido de la lluvia golpeando el vidrio era bastante molesto, ahora también tendría que preocuparse por como llegar a casa aunque sea un poco seco.
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En el momento que tenían que regresar a sus casas, el pelirrojo pensaba como llegar seco a su casa, ya que al venir apurado no tuvo tiempo de leer el pronóstico. Estaba en un aprieto, hasta que escucho a el chico de adelante decir algo:

-"menos mal que traje paraguas"-

Ahora todo estaba arreglado,con una sonrisa de malicia en su cara, salio detrás del grupo de chicos y justamente cuando el peligris estaba apunto de tomar su paraguas el chico de pelo anaranjado fue y en un movimiento rápido lo tomo antes. Salió corriendo, mientras el de ojos ámbar al darse cuenta de lo sucedido fue detrás de el. Esto se veía un algo chistoso, si no eras ninguno de los dos chicos, claro.

Town corría tan rápido como sus piernas se lo permitian, mientras el otro lo perseguía a la velocidad un poco mas reducida que el anterior, correr no era su fuerte.

-VEN AQUÍ HIJO DE LA CHINGADA!!!!!!- gritaba mientras el pelirrojo seguía corriendo. El chico de abrigo rojo en un mal cálculo piso mal y cayó de cara al piso llenandose de barro por completo, pero se levantó al instante para seguir persiguiendolo.

Estuvieron así por un rato hasta que el chico se detuvo en una puerta, la abrió lo mas rápido que pudo, pero justo cuando iba a cerrarla Eak se lo impidio, estaba todo mojado con su abrigo lleno de barro. El león sonreía satisfecho con su resultado.

-QUE MIERDA TE PASA?!- preguntaba un poco muy alterado.

-alguien tenía que darte una lección para que dejes de ser tan imbécil- dijo para después cerrar de un portazo.

El peligris fruncio el ceño, estaba apunto de gritar una grosería pero se detuvo, solamente el había causado que este en medio de una lluvia fría, mojado, con barro en su ropa y rostro, en la puerta de una persona que casi ni conocia pero le hacía bromas pesadas, según el eran "por diversion".

Mientras tanto el de ojos anaranjados estaba poniendo a secar a sus cuadernos y demas libros, veía el paraguas aun mojado en una esquina, tenía que aceptar que se sentía culpable con lo que hizo, el no es el tipo de persona que toma venganza, pero en esta ocasión la situación se le fue de las manos.