Beside You - Luke Hemmings ♡

47 - "Gracias por quedarte"

NARRA LUKE.

Frenesí.

Es lo que siento cada vez que la tengo tan cerca. Es malditamente preocupante estar sintiendo esto, digo ¡ella está tocando mi cabello! Ninguna otra había hecho eso, simplemente no lo permití antes, pero si nos vamos a todas las cosas que Ronnie ha hecho que las otras no, entonces la lista sería interminable.

Empezando por haberme hecho tocar el piano, hasta enojarse conmigo, sencillamente no me hubiese importado si cualquiera de ellas se enojaba, no es mi problema; pero Monroe lo es.

Las complicaciones no existían antes de que ella apareciera. Las reglas eran claras, Follar sin enamorar, Fin.

Ahora tengo a esta chica aquí, tan cerca de mí, no me canso de hacerla suspirar y besarla, pero hay un estúpido límite que se supone debo respetar.

Antes de que sobrepase la línea deposito un beso en sus carnosos labios y decido no continuar con la escena donde luego no pueda parar.

- ¿está todo bien? -susurro en su oído.

Esta chica es exageradamente virgen, se estremece con algo tan simple como susurra en su oído.

Asiente.

Entiendo que he ido un poco lejos, pero resulta ser que nunca es suficiente.

- no estas borracho -asegura.

- te lo dije.

Rueda los ojos.

- y si ha quedado algún residuo de alcohol en mi organismo seguramente ya se esfumo -digo.

- eso es bueno, prefiero que te conserves sobrio.

- creí que ya habías superado el tema del alcohol luego de que tomaste aquellas copas en la fraternidad.

Se sonroja un poco cuando nombro la eventualidad.

- No tengo nada en contra del alcohol, solo que no quiero que estés ebrio.

- ¿por qué?

- No te conozco cuando estas así.

Hace unos meses no había un solo fin de semana que yo no estuviera intoxicado con alcohol, pero no lo he hecho últimamente.

-  lo bueno es que no lo estas ahora -sonríe.

- así es.

Su mano aún permanece en la mía y no tengo intenciones de soltarla.

- Debería poner seguro a la ventana, no puedes entrar cada vez que te plazca.

Me acuesto a su lado.

- claro que puedo.

- No. ¿Qué hubiese pasado si mi madre estuviese aquí?

- son las 2 de la mañana -contesto obvio- ¿qué sentido tiene que tu madre este a las 2 de la mañana en tu habitación?

- el mismo del que tu estés aquí.

- No compares. Además tú no cerrarías la ventana -digo seguro.

- ¿por qué no lo haría?

- no podría entrar a altas horas de la noche y besarte, por eso sé que no lo harás.

- Eres tan petulante que me sorprendes cada vez más.

- Gracias, he trabajado en ello por años.

- Te sale bien -sonríe.

Esa es una de mis sonrisas favoritas, donde muestras sus dientes blancos y alineados, y como si no fuera suficiente, arruga su nariz salpicada con pecas; cada vez que lo hace le suma más a su inocente apariencia.