Beside You - Luke Hemmings ♡

67 - "El esperado día Sábado"

- Te estaba buscando -respondo. 
Estando segura de que una buena pelea se aproxima, me pongo en guardia. No puede vencerme en esto, yo tengo la razón.
- ¿por qué? te dije que estoy bien. Ahora, vete. 
- No sin que me digas porque estas aquí. 
Niega. 
- No es momento, es tarde, vete a casa.
- ¿cuándo será el momento? ¡Yo estuve tan preocupada!  
Hala mi brazo para remolcarme fuera de la vista de cualquier universitario en la fraternidad.
- Vine a ver qué es lo que sucede contigo -digo sin rendirme- espere por una hora en los Hampton, me dejaste tirada y luego no llegas al apartamento. Merezco una explicación.
Ignora mi comentario. Continua halándome con fuerza, aplico cuanta resistencia tengo, aunque eso no impida que él me lleve hasta por la oscura calle hasta el Renault.
- ¡LUKE! -me quejo- ¡SUELTAME! 
- Te veré luego -dice con tono autoritario, irrevocable. 
Suelta su agarre y camina en dirección opuesta, nuevamente hasta la fraternidad. 
Puede que sea eso lo que enciende mi chispa de amargura. El hecho de que no le importe en lo absoluto mi presencia, mis reglamos. Eso me hace apretar los puños tan fuerte, que las uñas se clavan en la palma de mi mano.  

Lo más extraño de esta situación es que él no me ha gritado ni una sola vez. Yo me prepare psicológicamente para que lo hiciera, y de ese modo obtener alguna información sobre Aarón, porque sus confesiones suelen ser así, en momentos de alta tensión o en silencio absoluto. 
En este momento quiere que me grite y que termine admitiendo algo que calme o altere aun más mis nervios. Sé que está un poco enojado, sus cejas casi se juntaron cuando me vio en la fraternidad, pero la urgencia por sacarme del lugar fue más grande que su enojo. 
Su petición estricta fue "Vete a casa". Yo lamento no poder cumplir su demanda. La única estrategia que servirá es confesar todo, para que el suelte alguna prenda, o eso espero...
Aquí vamos.

- Leí el mensaje de Aarón -digo lo suficientemente alto para que pueda oírme a unos metros de distancia.

Detiene la caminata. Aun en la oscuridad veo su espalda erguiste, y los huesos contraerse. Sé que la música alta de la fraternidad se escucha a lo lejos, más el zumbido en mis oídos es tan fuerte que es lo único que mi cerebro capta.
Luke se da media vuelta, y regresa con pasos largos y firmes. Sus respiraciones son escandalosas, como las de un toro; esta tan cerca de mi cuerpo que el aire saliendo de su nariz acaricia mi frente. Tarda segundos en pronuncias un palabra. Segundos que parecen horas.
- ¿Qué fue lo que hiciste? -su tono es elevado, mas no un grito como esperada.  
Mi voz es lo suficientemente alta para que me haya escuchado, no volveré a repetirlo. No tengo el valor. 
- ¿Tu haz hablado con Aarón? 
Percibo en su mirada enojo, como también angustia. 
- No. Jamás he habla con él. Solo leí el mensaje que envió. 
- ¿revisaste mi teléfono? -nuevamente evita gritar. 
- Sí. 
No puedo justificarme. Yo quise revisar su teléfono, no se trató de un accidente. 
- ¿con que derecho, Verónica Monroe?
"Veronica Monroe" Debería estar muy asustada, él está usando mi nombre completo. Por supuesto, no es el momento para usar ese dulce "Vero" que dice cuando esta de buenas.  
- Iba a apagarlo, luego vi un mensaje de Aarón, y no pude evitar leerlo. 
- No pudiste. Ja -bufa. 
- Quisiera poder discúlpame, pero estoy muy enojada contigo Luke. 
- ¿TU LO ESTAS? 
La paciencia se agotó, y en efecto gritar fue necesario. ¡Al fin!
- ¡SI! Estaba tan preocupada por ti, y tú me dejaste tirada en el trabajo, sin ninguna explicacion. Sabía que estabas aquí con ese...
- ¡TU NO TIENES DERECHO A LEER MIS MENSAJES! Y MUCHO MENOS SABER DONDE ESTOY EN CADA SEGUNDO DE MI VIDA.
Grita tan fuerte tan cerca de mi rostro que me encuentro aturdida. 
- ¡VIVIMOS JUNTOS! CREO QUE MEREZCO UNA EXPLICACION! 
- ERES UNA METICHE. NO TE DEBO NADA, Y ES MEJOR QUE TE VAYAS. 
- ¿No quieres de Aarón me vea?
- Verónica, mi paciencia se agotó. Mejor vete. 
- ¿Él es una mala persona, cierto? Por eso no quieres que lo conozca. 
- Quiero que te vayas. 
No obtener ninguna respuesta es exasperante, me hace querer arrancar cada uno de mis cabellos.
- ¿POR QUE ESTAS CON EL? ¿QUE ES LO QUE HACEN JUNTOS? 
Cierra los ojos. Sus manos se vuelven puños -iguales a los míos- la fuerza que aplica hace que sus nudillos se tornen blancos. 
- ¿ESTAS LOCA? ¡DEJA DE HACER ESTO! 
- ¿HACER QUE?
- PREGUNTAR COSAS ESTUPIDAS. 
- ¡ENTONCES DEJA DE HACER COSAS ESTUPIDAS Y DIME QUE PASA!
- NO PASA NADA. Y NO VOY A REPETIRLO OTRA VEZ ¡VETE!