Tentación Oscura [+18]

CAPÍTULO 9: Siempre lo he recordado

Se despertó arrugando ligeramente la nariz. Se dio cuenta que era la luz que entraba por la ventana lo que la molestaba. Al mirar a su alrededor vio que estaba en su cuarto. ¿Cómo había llegado hasta allí? Se frotó los ojos ligeramente, sentándose en la cama. Al instante gimió sintiendo cierto dolor en su intimidad y molestias en gran parte de su cuerpo. De repente su mente empezó a recordar lo ocurrido. Se destapó repentinamente observando su cuerpo desnudo tan solo cubierto por una camisa medio rota. La camisa de Aarón. Se llevó una de sus manos temblorosas a los labios. Aún pudiendo sentir los labios de él sobre los suyos. Se había entregado a él. ¿Se arrepentía? Dentro suyo había una intensa lucha. Las palabras de Aarón volvieron a su mente. Ya no podía negar la atracción que sentía hacia el moreno, pero entonces, ¿Cómo a la vez podía senti como seguía amando a Adam? Era algo que realmente la estaba torturando. No se arrepentía de hacer lo que había hecho con Aarón. Por mucho que quisiera negarlo, si se había entregado a Aarón era por algún motivo que no quería admitir. ¿A caso amaba también a Aarón...? Se cubrió los labios con ambas manos abriendo los ojos desmesuradamente alarmada. ¿A caso se podía amar a dos personas? Recordando los momentos compartidos con él en su coche, hacía que su cuerpo se estremeciera. Se dio cuenta que su corazón latía con fuerza, y su pulso se había disparado. Le había hecho experimentar algo que jamás había sentido ni hecho con nadie. No recordaba en que momento se había quedado dormida ni como había llegado hasta su cama, pero imaginaba que había sido él quien la había llevado. Se sonrojó violentamente imaginando como la colocaba en su cama y la tapaba, con su cuerpo desnudo. 

Sacudió la cabeza nerviosamente mordiéndose el labio inferior por el pequeño dolor que sentía. Mirando el reloj de la mesita vio que eran las 9 de la mañana, su madre aún debía estar durmiendo. Se enrolló la sabana de la cama alrededor de su cuerpo. Observó la camisa de él encima de la cama. La olfateó tímidamente, sonrojándose al percibir el atrayente aroma de él. Abrió el armario para guardarla cuidadosamente. Al instante sus ojos se fijaron en una chaqueta colgada a un lado. La chaqueta de Adam. Dejó la camisa en uno de los estantes, cogiendo nerviosamente la chaqueta. Su corazón también latía con fuerza y el aroma que aún mantenía de Adam, también la hacía estremecerse. Decididamente algo no estaba bien dentro suyo. Dejó la chaqueta en su sitio cerrando el armario, correteando por el pasillo hasta el baño. Dejó caer la sábana al suelo, observando su cuerpo desnudo en el espejo. Su melena dorada estaba ligeramente enmarañada y sus ojos violeta tenían un brillo diferente y especial. Entre sus muslos habían algunos restos de sangre seca, ruborizándola. Esa era la prueba de haberse entregado a él. Se sonrojó violentamente al ver marcas por sus pechos y cuello. Marcas de sus ardientes besos. De repente la visible marca del collar en su piel la estremeció. Recordó sentir como había vuelto a quemar su piel al entregarse a Aarón. Volvía a estar en carne viva. Pero lo más alarmante es que su collar no estaba. Su pulso se disparó nerviosamente. El recuerdo de su padre. Lo había perdido. A lo mejor se había caído en el coche de Aarón. Tenía la esperanza de ello.

Llenó la bañera con agua caliente, dejando caer unas gotas de su jabón favorito. Se sumergió en la calidez del agua, cerrando los ojos mientras soltaba un pequeño suspiro.

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El domingo pasó con rapidez llegando el lunes, con las clases. El día anterior volvió a recibir un paquete negro con un lazo rojo, con otro nuevo uniforme con su talla indicada. No había ninguna nota en su interior, pero imaginaba que debía ser de Aarón. Después de lo iracundo que se puso al prohibirle llevar nada que le diera su hermano, estaba segura que era suyo. Le extrañó que no la hubiera ido a buscar a su puerta, extrañándolo. Sin darle demasiada importancia, se dirigió hacia el instituto como cualquier mañana normal.