Tentación Oscura [+18]

CAPÍTULO 39: Anastasia, no es lo que crees

Todo era demasiado. No pudo evitar gruñir frustrado pasándose una mano entre los mechones oscuros de su pelo demasiado crecido y con la otra apretar el volante del lujoso deportivo. Después de dejar a Anastasia en la mansión y sin esperar a James, había conducido con su Lamborghini hasta la empresa. Aún podía saborear en sus labios lo compartido con su pequeña mujer rubia hacía unos instantes enloqueciéndolo y a la vez todo lo ocurrido. La ira al enterarse que se había encontrado a escondidas con su hermano lo cegó como siempre le ocurría, trayéndole los desagradables recuerdos de los años pasados. Impulsivamente llevó a Anastasia donde todo ocurrió, sin estar lo suficientemente preparado para las consecuencias. Sabía que habían quedado muchas cosas pendientes entre ambos a pesar que sus cuerpos se comprendían y se complementaban perfectamente. A pesar de ello su excitación no tardó en mantenerse a un lado mientras pensaba en la llamada de hacía unos momentos. Apretó los dientes mientras pisaba aún más el pedal del acelerador.

Nada más entrar por las enormes puertas de cristal giratorias de la empresa y pasar por las puertas de acceso, una de las recepcionistas se levantó de la silla saliendo de su puesto para acercarse hasta él.

- Señor, en su despacho le está esperando...-

- Lo se, cancela todas mis reuniones de hoy - vio como la secretaria morena la miraba con los ojos desmesuradamente abiertos confundida - Mi secretaria hoy no vendrá, como he dicho cancela cualquier reunión, no estoy disponible hasta nuevo aviso - pasó de largo ante la chica morena hasta llegar a los ascensores -

Los segundos hasta llegar a la planta se le hicieron eternos, avanzando con rapidez hasta su despacho. Abrió la puerta bruscamente deslizando los ojos por la sala y encontrándose con el cuerpo femenino encogido hecho un ovillo en uno de los sillones del lugar. Ante el brusco sonido pudo ver como el rostro de la atractiva súcubo se alzaba hacia él.

- ¡Asmodeo! - esta última no tardó ni un segundo en levantarse y abalanzarse hacia él mientras rodeaba su torso escondiendo el rostro en su hombro -

No estaba acostumbrado a recibir esas muestras de afecto a no ser de su pequeña mujer rubia que era mucho más bajita y apenas llegaba a sus hombros. Después de unos segundos, el cuerpo fememino rompió el abrazo viendo como se quitaba las grandes gafas de sol que ocultaban parte de su rostro y sus ojos, dejando ver el intenso color rojo en ellos. Abrió los ojos de par en par alarmado.

- Aarón, necesito que me ayudes -

- ¿Pero estas segura que...? - vio como esta asentía. Sus ojos oscuros se detuvieron unos instantes a analizar el demacrado aspecto de esta observando su marcada palidez al igual que sus marcadas ojeras y mejillas ligeramente hundidas -

Observó como se quitaba la larga chaqueta dejándola caer al suelo y dejando ver la larga cola demoníaca que asomaba detrás de su cuerpo.

- Soy incapaz de contener y esconder mi aspecto - una ligera capa de sudor ocupaba la frente de la súcubo - Y eso es lo de menos, apenas tengo energía demoníaca en mi interior y me siento sin fuerzas, pero tampoco puedo volver al infierno...- apartó unos instantes la mirada de ella incómodo después de poder ver perfectamente en hinchado abdomen que había notado en el abrazo-

Escuchó como empezaba a toser violentamente viendo como se llevaba la mano a los labios y al retirarla restos de sangre manchaban la palma. Volvió a fijar los ojos en el rostro femenino mientras sus miradas se cruzaban.

- Me muero - no pudo evitar que un escalofrío recorriera su columna vertebral mientras sus ojos volvían a posarse sobre el hinchado abdomen de la súcubo -