Capítulo Tres

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Cuando entramos a aquel pub, Raúl y yo, me fijé en una pareja. Me llamaron la atención. Él tenía un brazo totalmente tatuado, era castaño claro, casi rubio y tenía unos expresivos ojos verdes. Vestía deportivo y se le veía atlético. Estaba jugando al billar.

Le abrazaba por detrás una chica morena de cabello liso y largo. Era normalita, pero me pareció muy guapa. Tenía unas facciones suaves y unos ojos marrones que resaltaban alegría.

Reían y se besaban continuamente. El amor flotaba por encima de esa mesa de billar. Él le ayudaba a tirar sujetándole los brazos cuando ella encaraba el taco a la bola blanca. Me quedé enmimismado.

-Sebas...¡Sebas!- Raúl me despertó de mi empanamiento. -¿Te los presento? Es amigo mío -

Desvíe rápido mi mirada como si no quisiese que supiese que les miraba con interés, como si hiciese algo malo o que no debía. Demasiado tarde. Se había dado cuenta.

—¡Qué!— me dio con el codo —¿Está buena EH? — lo afirmó más que lo preguntó.

Yo ya no me atrevía a mirarla.

Se llama Tati. Es la novia de Diego, que es ése de ahí— le señaló.
Llevan un año juntos ya, todo un récord para el rompebragas de Diego—

Lo dijo como si fuera un toro semental. Como si la palabra "rompebragas" fuese un elogio al machito que llevamos dentro, y cada braga un trofeo que enseñar orgulloso.

Sentí pena por él. Entendí que nunca conocería el verdadero amor, no por no poder, sino por no saber, y eso, a la larga, es lo que forja tu prisión de soledad.

Diego, este empanao de la vida es Sebas— Diego me apretó fuerte la mano, el mamón da Raúl había ido a buscarlos mientras yo me encontraba pensando en mis cosas.

Encantado Sabas— dijo Diego —Yo soy Diego— y me sonrió como si hubiese acertado mi nombre o como si el haberlo fallado le importase bien poco.

Es Sebas— dije bajito con timidez.

—¿Qué?— preguntó Diego acercando su oreja a mí.

Da igual— zanjé mirando hacia el suelo.

Además, justo en ese momento Raúl traía a Tati agarrada de la cintura y la acercaba decididamente hacia mí. Yo viví el momento con un gran nerviosismo, al borde del ataqie cardíaco, como si no hubiese visto una chica de cerca en mi vida, los nervios se apoderaban de mí.

Este es Sebas— pronunció Raúl y alzando las dos cejas estando detrás de Tati para que no le viera dijo —Y ésta... es Tati

Me moría de vergüenza, no me atreví a mirarle más arriba de su nariz mientras acercaba su cara para darme los dos besos reglamentarios como saludo.

Me dio uno en la mejilla izquierda e inmediatamente, como si hubiese pulsado un interruptor, sentí un escalofrío, un rayo, todo mezclado, una fuerza descomunal en su interior, algo que me puso tenso.
Cogí sus manos con fuerza mientras ella giraba la cara para darme el beso en la mejilla que faltaba. En mitad de camino nuestros ojos se cruzaron. Vi dentro de ellos, noté como volaba a su interior. La vi llena de sangre, la vi sufriendo, vi violencia y muerte, dinero...

—¡Ah!— gritó Tati soltándose con fuerza de mi agarre.

Yo me quedé quieto, sin reacción, no me salió ni una disculpa, nada, estaba anulado. Intentando recuperar la realidad.

Raúl se disculpó por mí y la alejó para invitarle una cerveza y supongo que para contarle que a veces me comporto así de idiota pero que no lo tenga en cuenta. No lo oí, pero ella asentía y le quitaba importancia.

Parece que a Diego le hizo gracia porque cuando volví a mi ser estaba rodeándome un hombro y riéndose a carcajadas.

Eres un crack tío, me caes bien

Yo sonreí fríamente.

Podríamos decir que a partir de ahí nos hicimos amigos porque empezamos a quedar bastante, siempre con Raúl, nunca con Tati.

El día de la presentación hizo ver que no le importaba lo ocurrido, pero antes de irse me miró de una manera desafiante que fue lo que me dejó claro que, tarde o temprano, iban a cruzarse nuestras vidas en alguna de esas crueles visiones.

El día de la presentación hizo ver que no le importaba lo ocurrido, pero antes de irse me miró de una manera desafiante que fue lo que me dejó claro que, tarde o temprano, iban a cruzarse nuestras vidas en alguna de esas crueles visiones

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Premonición ® (2 Colección Trastornos Mentales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora