Capítulo Catorce

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Nos levantamos a la mañana siguiente para ir a la Universidad, nuestras caras eran un cuadro.
Teníamos unas ojeras enormes ya que llegamos muy tarde a casa, menos Candela que estaba como una rosa. Había dormido muchas horas y se le notaba en el ánimo y las muchas ganas que llevaba para afrontar el día.

Cuando aparecí por la cocina estaba recogiendo su vajilla y fregando la taza. Me fijé en que había un desayuno preparado en la mesa. Mirando a Candela lo señalé en forma de pregunta.

Venga, que se te va a enfriar!- me invitó guiñándome un ojo.

Le sonreí.

-Gracias- susurré casi sin voz.

Me senté y comencé a desayunar. Ella me miraba sin parar de sonreír. Cualquiera que le viera pensaría que estaba perdidamente enamorada de mí. Yo de vez en cuando le miraba fugazmente y veía que no me quitaba ojo, y cuando no le miraba notaba igualmente su mirada encima de mí.

Se acercó por detrás y me abrazó el pecho. Al hacerlo me dio un beso en la cabeza y acercando su boca a mi oreja me susurró.

-Siempre me ha gustado como se te alborota el pelo mientras duermes- me lo despeinó aún más y se fue.

No podía ser. Ayer Cecilia, hoy Candela... Tenía temporadas en las que ligar era una misión imposible y, sin embargo, ahora acudían las chicas a mí como si fuese un manjar. Pero lejos de agradarme me incomodaba esta situación. Era la novia de mi mejor amigo, aunque se veía a la legua que poco más iban a durar, y por otra parte estaba Cecilia que me gustaba mucho y quería saber hasta dónde me llevaría esta "historia" con ella.

Nada más irse Candela apareció Jordi por la cocina. Tenía una sonrisa también. Perezosamente comenzó a prepararse un café.

-Se te ve contento- le dije.

Me miró y se echó a reír.

-Si tío- afirmó -Vaya pasada de fiesta, irrepetible, una maravilla-

-No sé, fue muy rara- le desengañé yo -Se desfasó todo de una manera bestial-

Rió fuerte.

-Jajajaja, sí- se tocó la entrepierna -No imaginas cuanto-

Recordé a Tati entrando al baño con él.

-Sólo te diré una cosa- le advertí señalándole con el dedo -Como se entere Diego te va a reventar-

Negó con la cabeza.

-"Me" no, "Nos" va a reventar- me señaló él a mí - Tú me diste tu tubito de "D.C". Recuerda que él no quiso darme ninguno-

Seras hijo puta!- le grité levantándome.

Él bebió de su taza.

-Lo siento- se encogió de hombros -Esa es mi defensa-

Entró Candela que oyó el grito.

-¿Pasa algo Sebas?-

Miré desafiante a Jordi, me acordé de su coche, de que ayer pude ver que lo llevaba el "supuestamente" hermano policía de Candela. No le dije nada, que se joda.

-No, nada Cande-

Ella le miró desafiante, sabía perfectamente que mi gritó había sido hacia él.

-Vamos Sebas, déjale solo- me aconsejó Candela cogiendo mi mano y dando un tirón para llevarme hacia ella.

-Uy, si parecen dos tortolitos- se burló Jordi -¿Qué ha pasado? Si andábais discutiendo a todas horas-

Y a qué te importa imbécil!- le solté

-Aaah bueno- se levantó -¿O sea que las infidelidades por mi parte cuentan y las que corren de tu cuenta no?-

-¿Qué infidelidades?- me preguntó Candela soltando mi mano -¿A qué se refiere este idiota?-

-Ayer se acostó con Tatiana-

Candela se puso las manos en la boca. No pudo decir nada.

Joder!- me gritó Jordi -¡Cállate!-

Miré a Jordi y le reté con la mirada. Luego miré a Candela.

-Le drogó y se aprovechó de ella- apuntillé.

Jordi tiró su desayuno de un manotazo y saltó la mesa. A mí me dio tiempo solamente a girarme hacia el ruido antes de encontrarme su puño en mi cara.

Raúl oyó el follón y entró a separarnos. Le costó mucho, estábamos fuera de sí.

-¿Se puede saber que mierdas hacéis? - dijo Raúl.

-Nada, un malentendido- le tranquilicé, aunque más por no contarle lo de Tati que por otra cosa.

Raúl miró a Jordi. Éste se levantó sacudiéndose el pijama y apretándose su puño sangrante con la otra mano.

-Sí, tranquilo- confirmó -Ha sido un malentendido-

A partir de ahí, lo que me estuvieron diciendo Candela y Raúl no lo entendí. Escuchaba sus voces como si estuviesen hablándome debajo del agua. Yo estaba en otra dimensión, en la dimensión de las visiones, viendo a Jordi...

«Jordi está en el maletero de un vehículo, esposado. Ese coche se lleva varios golpes. Jordi tiene una expresión facial de miedo absoluto, de oscuridad. Veo a través de sus ojos y no veo nada, pero me siento inmóvil a la fuerza. Oigo un disparo fuera. Para el coche, a los pocos segundos arranca de nuevo. Se oyen voces lejanas. Son de dos hombres. Están dentro del coche pero la distancia que hay entre ellos y Jordi, con toda esa chapa y asientos por medio, me dificulta el entendimiento. Hablan de Tati, eso seguro.

Al fin se para el coche. Pasan unos cinco minutos hasta que abren el maletero. Les veo, llevan pasamontañas en sus cabezas, no sé quiénes son. Me bajan con brusquedad. Me ponen de rodillas en un descampado. Viene otra persona, oigo sus pasos. Ahora su voz. ¿Es Diego?

Noto algo frío en mi nuca. Siento como me estalla la cabeza»

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Premonición ® (2 Colección Trastornos Mentales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora