Premonición ® (2 Colección Trastornos Mentales)

Capítulo Trece

-Me gustas- me dijo Cecilia al oído. Se incorporó dejando de estar tumbada boca arriba y me miró muy de cerca -Mucho-

Me giré hacia ella tumbado de costado. Estábamos desnudos y acabábamos de hacer el amor.

-¿No soy muy joven para tí? - le pregunté. -Casi ni me conoces- apunté.

Se separó un poco y me cogió la mano.

-Me he informado mucho sobre tí- me dijo jugando a hacer círculos con su dedo índice en mi pecho.

Abrí los ojos mucho.

-¿Ah sí? ¿Cómo? -

Ella sonrió maliciosamente.

-Diego- confesó.

¡Qué callado se lo tenía el muy capullo! Claro que si me lo hubiese dicho, seguramente, hubiese huido de ella. Más que nada por su trabajo y edad.

-¿Yo te gusto?- me preguntó

Le miré de arriba a abajo y pasé una mano acariciando su cuerpo.

-¿Tú que crees?- le contesté.

Volvió a sonreír pícaramente.

-¿Sabes? Creo que deberíamos salir de la habitación- me dijo.

Así lo hicimos. Nos vestimos y andamos hacia la puerta. Puso su mano en el picaporte y antes de bajarlo se volvió y me dio un tierno beso en los labios. Le respondí devolviéndoselo y agarrándole suavemente por la cintura. Finalmente abrió.

Nadie se dio cuenta de que salíamos, así que tampoco de que habíamos entrado juntos y mucho menos del porqué.

Cecilia se fue a hablar con Luis. Yo me puse a bailar sólo, estaba muy contento. A mi lado gritaba una chica. Gritaba al aire, a nadie ni a nada en particular. Estaba bastante puesta.

Tati salió del baño con el pelo enmarañado y cara de enfadada.
Pasó por mi lado, me miró. No decía nada, andaba algo raro, como mareada.

De repente vino Cecilia a llamarme.

-¡Ven Sebas!- dijo con urgencia.

-¿Qué sucede?-

-Creo que Carla se ha pasado con el "D.C". Está totalmente desquiciada-

Se le veía asustada.

-¿Y qué puede pasarle?- pregunté preocupado.

-Un tubito entero puede hacer que te estallé el corazón -

Nos acercamos hasta los gritos. Dentro de un cuarto, con la puerta abierta, estaban Diego y Carla discutiendo a viva voz.

Sentado en la cama, semidesnudo, estaba Raúl llorando.

-¡Que no joder!- le decía Diego.

-¿Pero tú me has visto bien?- le chuleaba Carla.

-No quiero acostarme contigo Carla- se negaba Diego. -Yo quiero a Tati-

-¿Cómo puede ser que no te guste, maricón?- Carla gritaba muy indignada. -Vamos a hacernos una foto besándonos -

Hubo un movimiento violento que no distinguí bien por parte de Carla, Diego reaccionó dándole un manotazo y tirando el móvil lejos de ellos dos.

Lo cogió Cecilia.

Cuando seguí con la vista la trayectoria del teléfono me di cuenta de que Tatiana estaba unos metros más allá, intentando descifrar lo que pasaba. Inmediatamente después salió de la casa con un portazo.

Entre Diego, Cecilia y yo sacamos a Carla de la fiesta. Raúl nos acompañó aunque no la tocó.
Ella gritaba y gritaba, tenía toda la cara roja del esfuerzo. Intentaba agarrarse a todo lo que sobresalía pero no le dejábamos.

Salimos a la calle, pensamos que el frescor de la noche podría ayudarle a despejarla.
Nos metimos en una bocacalle porque no había nadie. No queríamos que todo el mundo viese el espectáculo.

De pronto, dejó de patalear. Así, por las buenas. Dejó su mirada perdida y cesó de hacer aspavientos. Cesó de hacer todo. Cayó a plomo. Cecilia le examinó.

-Respira- nos aclaró -Se ha debido desmayar-

Yo no lo tenía tan claro, pude notar como Cecilia nos mentía.

Llamó por el móvil, estuvo hablando unos diez segundos. Colgó.

-No podemos dejar pruebas aquí - le dijo a Diego -Cuando venga ayúdame a meterla dentro-

Diego sólo asintió.

A los tres minutos aproximadamente vino un coche, paró a nuestra altura. Cecilia abrió la puerta trasera y Diego levantó a Carla. Luego Cecilia le ayudó. Le metieron dentro y el coche arrancó.

-Nos llamamos- dijo el conductor.

Había oído esa voz. Le miré, era el policía que hablaba con el inspector en la comisaría. El tal Yagüe. Por instinto me fijé en la matrícula del coche. Como no, era el coche de Jordi.

Estrellita si te ha gustado el capítulo