Capítulo Seis

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Me levanté muy bien, con muchas ganas, estaba espectacularmente bien. No sabía si era por causa de un sueño muy reparador o porque los efectos secundarios de la droga que me dio Diego eran así.

Me preparé un buen desayuno a base de cereales, leche y tostada y preparé todo lo necesario para ir a clase. En el pasillo me crucé con Jordi que aún iba en calzoncillos y se rascaba la cabeza.

-Buenos días Jordi- le dije muy sonriente.

-Esas malditas zorras me dejaron muerto- dijo desagradablemente.

-Yo también me alegro de verte compañero- le dije con sarcasmo. -¿No vas a clase? Vas a llegar tarde como no te des prisa-

Miró el reloj.

Joder, es verdad!- comenzó a moverse rápido -¡Qué ganas tengo de que se pasen estos malditos exámenes finales tío !-

Cogí las llaves del coche para irme con algo de tiempo a la Uni, quería repasar un poco aprovechando que estaba muy despejado, con el cerebro a tope.

Espera Sebas!- me llamó el inoportuno de Jordi - Llévame por favor, no tengo ni idea de donde he aparcado macho, creo que me lo dejé en la Universidad-

Rodé los ojos y volví a meterme las llaves en el bolsillo.

-Pero date prisa.

Mientras esperaba al tardón de Jordi busqué a Raúl, debía haberse ido ya. Me pareció raro porque era igual que Jordi en ese sentido, siempre iba justo de tiempo, eso si no iba tarde. La que asomó la cabeza por la puerta de su habitación fue Candela.

-Buenos días- le dije.

Giró la cabeza hacia mí y me miró asustada, como si le hubiera pillado haciendo algo malo. Se metió para dentro otra vez y cerró la puerta con sumo cuidado.

No entendía a esta chica. Una de las causas por las que terminamos la relación fue por este poco entendimiento. A veces hacía cosas que, para mí, no tenían coherencia.

Ya voy!- dijo Jordi apresurándose por el pasillo mientras se abrochaba la camisa.

-Por fin tío, ni que fueses a una fiesta- le increpé.

Sonrió.

-Nunca se sabe si no vas a acabar en la cama de alguna Sebas- dijo con un gesto seguro de sí mismo -Además, la fiesta es esta noche- me dio un golpecito con el codo.

-Nunca se sabe si no vas a acabar en la cama de alguna Sebas- dijo con un gesto seguro de sí mismo -Además, la fiesta es esta noche- me dio un golpecito con el codo

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Llegamos a la Universidad muy justos de tiempo. Jordi salió pitando hacia su aula y yo hacia la mía, por el camino fui mirando por si veía a Raúl, quería pedirle unos apuntes que necesitaba para la segunda hora. No lo vi. Seguro que estaba en clase.

Entré con la sirena ya sonando y el profesor, que estaba ya en su puesto dispuesto a comenzar con su trabajo, me miró.
Me disculpé agachando la cabeza y subí hacia mi asiento, eché una ojeada al sitio de Raúl y no estaba. Su silla estaba vacía, lo mismo que la de Candela.

El profesor empezó con su clase.

Me pasé toda la hora pensando en la droga de ayer y, a pesar de tener el cerebro muy abierto, no me enteré de absolutamente nada.

Cerré el libro y miré el asiento vacío de Candela, la verdad es que, a veces, la echaba de menos. Más que como pareja como amiga. Desde que estábamos así de tirantes no nos reíamos nunca y antes era una risa contínua.

Se oyó un follón fuera. Fui a la ventana rápidamente pero un montón de gente se me adelantó. Para coger apuntes la gente suele estar lenta, pero para lo que es el cotilleo suelen estar muy rápidos y espabilados. No encontré ni un hueco por el que asomarme en ninguna de las siete ventanas que había en el aula.

Empujando con los codos al final me hice un sitio. En el parking se encontraba Jordi soltando un montón de insultos y palabras malsonantes al aire, a algo que ya no estaba. Según decían los cotillas de mi clase, parece ser que alguien le había forzado el coche y se lo acababa de robar aprovechando que estaba en clase.

Bajé tan rápido como pude. Jordi estaba sentado en el borde de la acera del aparcamiento, ya callado y sin gritar. Me miró y me dejó llegar hasta su lado. Me senté acompañándole.

-Dicen que te han robado el coche-

No respondió, sólo se limitó a tirar bien lejos la piedra con la que estaba jugueteando.

-No pasa nada, pondremos una denuncia después de clase-

-Ya tío, gracias-

Le sonreí, quería restarle importancia a lo acontecido a sabiendas que para él era todo un problemón.

-¿Sabes? Aún no sé qué coche tienes. Nunca me has llevado a ningún lado-

-Es un Citroen C5 negro- dijo orgulloso -No veas como tira... tiraba-

Se puso nostálgico.

-¿Qué matrícula tiene? - quise demostrarle mi apoyo -Es por si lo veo saber que es el tuyo. Habrá un montón de C5 por ahí fuera-

Subió los hombros queriendome decirme que daba igual.

-Está bien. Hay muchos Citroen C5 en la calle, no creo que dejen su matrícula original, esa gente lo primero que hace es cambiarla- explicó Jordi -Apunta... 0711HYS-

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Premonición ® (2 Colección Trastornos Mentales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora