Libro dos de la Colección Trastornos Mentales.
Si quieren el primero:
-Memoria Fotográfica.
Nota: Para entender este libro recomiendo leer primero el libro 1 de la Colección Trastornos Mentales, llamado Memoria Fotográfica, ya que guardan relación e...
Su boca sabía a hierro y a fresas, una mezcla de sabores distintos, a miedo y a dulzura, a "Sálvame" y a "Te mataré".
El beso duró unos cinco segundos, los tres primeros ella me lo correspondió, no sé si porque no se lo esperaba, porque lo necesitaba o porqué razón, y los otros dos segundos restantes lo alargué yo cogiéndole la nuca.
Lo cierto es que Candela no reaccionó al principio, dejó de apuntarme la cabeza estupefacta mirando la escena con doloroso asombro y, hasta me atrevería a decir, que con celos. Todo lo contrario de Yagüe que salió corriendo en mi busca desde que mis labios se posaron en los de su novia.
Con los ojos cerrados, mientras probaba el sabor de Tatiana, escuché como unos pasos acelerados acompañados de insultos venían a por mí. Yo sabía que ninguno de los dos dispararía teniendo a Tatiana frente con frente.
Yagüe cogió a Tati por los hombros quitándole de en medio y me dio un gran puñetazo que me partió la nariz. No llevaba la escopeta, la había dejado junto al coche. Forcejeé con él en el suelo. De pronto un sonido de disparo hizo que paráramos un momento y nos centráramos en qué pasaba. Aprovechó ese segundo para cogerme del cuello, sacar la pistola que llevaba escondida debajo de mi ropa y apuntarme a la sien derecha.
Yo estaba boquiabierto y ni siquiera mostré resistencia, sólo miraba hacia adelante. Los dos lo hicimos.
Allí estaba Nora cogiendo a Tatiana en la misma postura amenazante que me tenía cogido Yagüe a mí, y en el suelo yacía Candela con un agujero en la cabeza. Parece que la pequeña hermanita de la gran narcotraficante salió a tiempo del maletero de mi coche.
-¡Mátalo!- le ordenó Tati a Yagüe.
-Si lo hace te mataré yo hermanita- respondió Nora. -Por cierto, hola tata-
Tati sonrió sarcásticamente, Yagüe sudaba porque no sabía que hacer y yo rezaba por que Nora no tuviese un despiste y su hermana pudiese arrebatarle el arma que le conseguí por medio de "Nerón".
-¿Qué es lo que quieres Norita?- le preguntó Tatiana -¿Quieres dinero? ¿Quieres formar parte del "D.C"? Puedo dártelo-
No había contado yo con el soborno, a Nora le hacía mucha falta el maldito dinero.
-¿De cuanto estamos hablando?- preguntó curiosa.
Yagüe apretaba mi Glock 42 contra mi sien cada vez más fuerte, yo me vi perdido y tragué saliva.
-Puedo ofrecerte un 25%. Créeme, es mucho, gano más dinero del que te imagines-
Nora parecía pensárselo, no contestaba.
-Nora- le dije yo -No todo en la vida es el dinero. Sabes que lo más importante es tener a gente con quien compartir tu tiempo, tus alegrías y tus desgracias-
Nora dudó, cosa que yo aproveché para seguir convenciéndole.
-Ahora mismo te sientes sola. Puedes tener mucho dinero y sentirte con la misma soledad. Tu hermana te vendió, no merece tu confianza, en cambio yo, el primer día de conocerte ya te acompañé a casa para que estuvieras segura-
-Callate joder- dijo Yagüe viendo que mis argumentos estaban sirviendo y dándome golpecitos con el cañón.
-Norita, te pido perdón- insistió Tatiana falsamente -Te prometo que seremos las hermanas que éramos antes, hice mal en irme y dejarte, lo sé, no volverá a ocurrir-
-Nora, sé cómo te sientes por no poder afrontar los pagos y tener que vender tu cuerpo para ello- dije
Tatiana abrió la boca muy sorprendida.
-Sé que necesitas llegar a casa y que haya alguien esperando noticias tuyas, alguien que escuche tus preocupaciones. Yo también estoy solo. Podríamos vivir juntos si quieres y apoyarnos el uno al otro-
Tati miró hacia arriba. Algo le estaba mojando la parte alta de la cabeza. Nora lloraba desconsoladamente mirando a su hermana atentamente.
-Nora, Norita, no llores- le intentaba consolar Tatiana -No volverá a ocurrir, te lo juro-
Nora se limpió la nariz con la mano con la que no sujetaba la pistola. Me miró tiernamente, como en una despedida. Luego miró a su hermana y dijo:
-Tienes razón Tati, no volverá a ocurrir- y sonó un disparo sordo seguido de otro que me dejó en la más completa oscuridad.
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