XXVII

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Los jóvenes príncipes asistían al colegio, sin embargo, Beatrix se encontraba bajo la tutela de Ruki entre el palacio y la Biblioteca.

La clase de música había comenzado y la orquesta  tocaba, cuando dos chicos entraron corriendo a la sala distrayendo a los alumnos.

-Mis guapos sobrinos llegan tarde a mi clase...~dijo Laito al verlos entrar al salón de música.~De seguro se estaban portando mal con las porristas....

-Laito......-dijo Ayato-kun en tono de queja-No tengo que darte explicaciones como el futuro rey que soy.

-Ayato olvidó las partituras y tuvimos que....-confesó Eugenius pero recibió un codazo de su primo.

-Claro que no, sí las chicas nos detuvieron al salir de los vestidores-Argumentó el pelirrojo

-Como sea. pasen a su lugar-dijo Raito divertido de ver que era igual a su hermano.

El de anteojos tomó su flautín y el de ojos esmeralda se puso tras las percusiones.

La música volvió a oírse armoniosamente, pero de nuevo fue interrumpida, esta vez por el profesor.

-¿Y Hime-chan?-dijo buscándola-¿Y mi pequeña violinista?

Ayato dio una palmada un su rostro, ¿no era obvio?

-Laito-san - dijo Eugenius-Beatrix ya no estará en el instituto ¿no recuerdas que sería instruida por Ruki?

-Si lo recuerdo, pero no pensé que Mamí Reiji exagerara tanto.-dijo moviendo las manos.-Está bien continúen.-Hizo una seña y la orquesta continuó.

★★★★★

-Beatrix, ¿Quien fue el padre de la genética?-preguntó su tutor, sin obtener respuesta.

La chica estaba pérdida imaginándose recorriendo el mundo libre.

-Beatrix....-Volvió a llamarla-¡Beatrix!

-Fue Gregor Mendel- respondió de mala gana.-Ruki-san, ya me lo has preguntado incontables veces, obteniendo buenas respuestas. ¿Por qué no me dejas salir?

-Sabes que lo tengo prohibido-contestó.

-Onegai, mi hermano y el tonto de Ayato se divierten en la escuela-puso carita de gatito para convencerle.

Esa chica era lo que él más amaba.

-Está bien,-fue convencido- pero si tus padres vuelven, yo no sé nada.

-:Gracias Ruki!-Le dio un beso en la mejilla y salió corriendo -¡Eres el mejor!

Salió por los jardines del palacio a perderse en el bosque.

Se sentó bajo un árbol y se puso a leer una de esas novelas de amor prohibido y aventura que tanto disfrutaba.

-Hime-chan-el tio del sombrero se sentó a su lado, pues al término de su clase había ido a buscarla-¿Que hace mi sobrina favorita aquí?

-Hola Raito-san-dijo la joven-Soy tu única sobrina.

-Pero por eso eres mi favorita Hime-chan~ le dió un beso en la mano.-Y hoy extrañé a mi violinista

-Yo también extraño la escuela, apenas pasó una semana y parece que ya son siglos.

-¿No estás contenta con la decisión de tu papá, verdad?-dijo el pelirrojo.

-Así es la vida-suspiró resignada

-Si tienes que sentar cabeza, yo mismo estoy por formar mi propia familia-se sonrojó un poco al admitirlo- pero aún eres joven, no pueden cortar tus alas y menos si no es el amor...

Una figura conocida se acercaba y el mayor se percató de él, su olor era desconocido para ella, pero no para Raito.

-Beatrix, vuelve dentro-dijo serio.

-Pero...

-Hazlo Beatrix-ordenó tajante.

Ella tomó su libro y corrió hasta desaparecer.

-Raito, que gusto vernos de nuevo...-saludó al acercarse esa persona.

-Shin, ¿Que haces aquí?-dijo el de ojos verdes.

-¿Qué? ¿Acaso no puedo recorrer un área "publica" como lo es el bosque?-dijo altanero.

-Este bosque pertenece al palacio-aclaró Laito molesto.

-Ok, me voy- escupiendo una cáscara de nuez - Despideme de tu hermosa sobrina.

El Tsukinami desapareció del lugar.

Raito caminó dirigiéndose al palacio.

Ratón de Biblioteca ★2★ [EN HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora