XXXVI

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Beatrix y Shin, se encontraban sentados en el suelo de esa fría bodega.

–Shin...–Dijo Beatrix al del parche.

–¿Que sucede, princesa?–se acercó a ella–¿Te sientes mal?

–El beso de hace unas horas....

–¿Que pasa? ¿Quieres que lo volvamos a hacer?–dijo muy cerca de sus labios.

–No, bueno si-alejó un poco su rostro –¿Tu sentiste algo....?

Shin se recargó nuevamente contra la pared y suspiró.

–No lo sé, nena. Y aparte Richter nos interrumpió.....–se volvió hacia ella nuevamente –¿Y si volvemos a intentarlo?

Ella se acercó a los labios del otro y comenzaron a besarse nuevamente.

El beso se podría decir que fue apasionado, incluso ella mordió su labios inferior e introdujo su lengua en la cavidad se Shin.

Sin embargo, no tenía esa magia a la que se refería Beatrix.

Rompieron el beso al faltarles el aire.

–Beatrix, –dijo serio él –Eres hermosa e inteligente, y serías perfecta para engendrar hijos contigo. Pero se que buscas un hombre con quien tener romance y pasión, y creo que si, no sentimos nada con ese beso.–trató de decirlo sin lastimarla.

Ella asintió con la cabeza, él joven pensó que la había decepcionado, sin embargo ella estaba sonriendo.

–Entonces, creo que ¡si estoy enamorada de Ruki_
-san!–exclamó ella.

–¿Ruki Mukami?–el Tsukinami estaba absorto –¿No estabas comprometida con la cria de Ayato?

–Lamentablemente si estoy comprometida con Ayato–suspiró pesado.–Pero yo busco un hombre mas maduro y que sea un caballero como mi padre...

La celda se entrabrió e hizo un chirrido. Y los vampiros guardaran silencio.

–Mis pequeñas presas~–entró el cazador al lugar con actitud soberbia.–Adivina quien vino a buscarte, pequeña ~

Reiji, Ruki y Ayato entraron al lugar tras Komori.

Beatrix se paró rápidamente y fue corriendo hasta su padre.

–No tan rápido Señorita –dijo el cazavampiros–Tu padre debe pelear por ti.

–Y su tío y su.... –dijo Ayato en pose de guerrero, y miró a Ruki–¿Nana?

–Ruki no es mi nana–Beatrix defendió al ojiazul.–El es el hombre que amo.

–Muy bien, me valen un comino su parentesco y su relación–dijo Seiji–Ahora arreglemos esto.

El hombre apartó a la chica y le tiró en un rincón, para luego desenfundar un largo puñal de plata que llevaba ceñido a la cintura.

–Ya te dije que soy todo tuyo, seré tu siervo de por vida si así lo deseas, yo soy el deudor.–rogó Reiji–Pero no dañes a mi hija y a ellos.

Shin se acercó a Ayato y a Ruki dispuesto a pelea de igual forma.

Sin embargo, el cazador solo deseaba pelear con Reiji.

–Anda defiendete–retó al padre.

–No tengo un arma, no es algo equitativo_–repuso Reiji.

–¡Richter, traele una espada a éste!

El nombrado llegó al lugar con el arma.

–Sigues siendo un bastardo traidor.... –le dijo Reiji al recibir la espada, pero Richter le guiñó un ojo.

–¡Ahora encargate de la muchacha! –le ordenó su jefe.

–Confía en mi–susurró Richter a la chica.

Ratón de Biblioteca ★2★ [EN HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora