XXIX

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Las semanas eran eternas para Beatrix, solo la pasaba entre las clases de modales con su padre, la escuela y las desesperantes citas con Ayato, donde solo le escuchaba hablar de si mismo y lo afortunada que ella era de casarse con el futuro rey, que encima era muy atractivo.

Pero lo que en verdad disfrutaba era cuando Ruki estaba a su lado, era algo extraño, no podía estar enamorada de él.

–Beatrix, estar a cargo tuyo es el más grande honor que me ha otorgado tu padre, pero también la mayor responsabilidad –decía él, ó –Sabes que desde pequeña has sido lo más importante para mi, princesa.

Eso era lo único que Ruki sentía por ella: Amor Paternal.

Si, solo eso, era como tener dos padres.

Era costumbre para ellos sentarse a leer frente a la luz de velas hasta el amanecer cuando él se quedaba en la mansión de Reiji, como cuando ella era niña.

-Ruki-san-dijo ella a su tutor cerrando cierto libro que a pesar de ser +18, estuvo de moda entre humanos adolescentes.

-¿Que sucede Beatrix?-él alzó la vista percatándose del libro que ella tenía en mano, y negó con la cabeza sonriendo de lado.-¿De donde sacaste ese libro?

Ruki se lo permitía, pues para el no era malo tener una mente abierta, si solo lo consideras como arte, pero la reacción de la chica, fue otra.

-Lo compré por internet...-dijo ella sarcástica-¿de donde lo iba a sacar? No creo que mi "intachable" padre me lo diera. Y no salgo de aquí.

-Beatrix...

-Ayato dice que tu eras como Christian Grey con Yui-san antes, no se que te pasó-dijo levantándose molesta.-Tu, y cada uno de los que integran esta familia eran unas sádicas bestias, no se por que se dulcificaron todos.

La joven vampiresa iba salir de la habitación cuando Ruki la atajó contra una pared.

-¿Y él como sabe eso?-dijo él muy cerca de su rostro.

Ella se sintió algo incomoda, pero deseaba estar así.

-Se lo dijo su padre-ella sonreía algo victoriosa-Pero dijo también que tu no habías sido lo suficiente hombre, porque no habías cuidado lo que era tuyo~

-¿Dijo eso?-su hombría estaba siendo rebajada, no podía permitir que ella hablara así. ¿Como podía Reiji comprometer a su preciosa hija con el hijo de ese...

-Si, pero yo no opino eso~ella puso sus brazos alrededor del cuello de Ruki.

El corazón del hombre se aceleró aún más al tenerla así mordíó sus labios conteniéndose, ella era perfectamente hermosa para él, pero no podía hacerlo ella no le pertenecía por más que le molestara que fuera del hijo de Ayato.

Pero a ella no le importó, coloquialmente, le valía ese compromiso.

Ella acercó su boca al cuello del vampiro-Aún tienes la marca de la gargantilla, con ella prometiste que estarías conmigo ¿recuerdas?- dijo contra su cuello y comenzó a lamerlo siguiendo la trama de la gargantilla.

-Beatrix...-dijo él tratando de no gemir, lo estaba disfrutando no podía negarlo. Sus manos que se encontraban con las palmas en el muro, comenzaron a descender hasta posarse en la cintura de ella.

Beatrix clavó sus afilados colmillos en el cuello de Ruki obteniendo un suspiro de él.

- ·Maldita sea Reiji, tu hija es demasiado· -dijo para sus adentros mientras acariciaba la columna de ella.

Sin embargo no se habían percatado de la presencia del padre de ella.

-¿No te da vergüenza aprovecharte de mi hija en mi propia casa?-dijo Reiji encolerizado.

Continuará...

Ratón de Biblioteca ★2★ [EN HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora