—Estoy bien —Dijo Alexa por enésima vez, con la mirada encendida de cólera, luego de bajar del auto enfrente del instituto, observando a Jaden que se encontraba, dentro del auto, en el asiento del copiloto.
Jaden saco la cabeza, para mirar en la acera,donde se encontraba Alexa, desde hace varios minutos, soportando sus preguntas obstinadas, no era una conversación normal; más bien parecía un interrogatorio.
—¿Me veo tan mal? —Pregunto Alexa, al ver que no respondía.
—Solo más peculiar de lo habitual — Contesto encendiendo el auto y mirando con una sonrisa el parabrisas, Alexa quiso reírse pero se contuvo, Jaden nunca iba a cansarse, de llamarla fea.
—¡Oye! —Exclamo, mientras le lanzaba un puñetazo en el hombro, Jaden lo esquivo con facilidad y continuo riendo por lo bajo.
—No te enfades si —Dijo apretando el volante con seguridad, guardo silencio por unos minutos.
—¿Estas segura de que te encuentras bien?—Pregunto. Rompiendo el silencio.
—Ya vete, Jaden— Dijo Alexa con enfado, lo que provoco que a Jaden se le escapara una sonrisa de lado, presiono el acelerador y salio desparramado por la carretera, asiendo chillar los neumáticos.
Alexa miro al frente, se había arrepentido de ir a clases, le daba mucho miedo encontrarse con Ethan, antes no conocía lo que era capaz de hacer; pero ahora lo sabía y no deseaba volver a encontrarse, con ese lado oscuro que nunca pudo ver, no le dijo a nadie lo que había pasado, tampoco a sus amigos, tenía miedo de su reacción, si se lo contaba a alguien nadie iba a creerle, Ethan se mostraba dulce, delicado y encantador como una rosa, pero no era mas que hierva mala en el jardín, con sus afiladas espinas trepando y engañándolos a todos como lo había hecho alguna vez con ella y sabía que no iban a creerle porqué no, existían más testigos aparte de aquel desconocido y no quería acusarlo, porque se sentía débil y decir lo que había pasado significaba enfrentarse cara a cara con la traición, el dolor y el abandono, que con todas sus fuerzas inútilmente había evitado.
—Detente —Escucho. Era la voz de un chico, se volvió para saber de quien se trataba, era el mismo chico que la había salvado, aquella tarde de las garras de Ethan, que corría para alcanzarla por el pasillo, otra vez se veía inmersa en la sensación abrumadora, de nuevo veía la lastima infundada por su aspecto lúgubre.
—Fantástica actuación, la de aquel día, casi me la creo —Dijo Alexa, caminando con prisa para dejarlo atrás, mientras el chico fruncía el ceño y mostraba una expresión de confusión.
—¿De qué hablas? —Preguntó extrañado.
—Deja de mentir solo me salvaste porque te viste obligado hacerlo, porque te resulto fácil engrandecer te ante los demás con mi desdicha —Soltó sin ningún tipo de delicadeza, el chico no se inmuto ni siquiera un poco, tenia un aspecto sereno, casi abrumador.
—No estaba obligado ayudarte, solo quise hacerlo y no es mi estilo sacar de líos solo para mostrarme como buena persona —Respondió tocándose la barbilla con el pulgar y Alexa se detuvo para observarlo, inclino la cabeza hacia arriba, para verle mejor el rostro.
Aquella vez, había pasado por alto que tenía una gran estatura, tenía una nariz fina y llamaba la atención porque lucía el cabello con aspecto desordenado, del mismo sobresalían hebras pequeñas de cabellos dorados que se fundían con su color castaño natural, sus ojos seguían teniendo el mismo brillo y color gris azulado intenso, Alexa pensó que ese efecto cristalino e hipnotizador solo era causado por alguna emoción, la sorpresa o algún sentimiento y viéndolos de cerca cubiertos de pestañas espesas y tupidas le transmitían la sensación inexplicable, de ser como lupas, que podían calar hasta el interior de su alma.
—Gracias por tu gesto, ahora si me permites irme —Dijo Alexa con falsedad, movió las pestañas varias veces, para ignorar el efecto que sus ojos causaban en ella y continuo avanzando, comenzaba a ofuscarse, no comprendía que hacía un chico que apenas conocía, persiguiéndola con aires de confianza y aparente buena actitud en el instituto.
—Los agradecimientos sobran, esperaba que me dijeras que te encuentras bien —El chico mostró un gesto de preocupación, la observo para comprobar que no tenía heridas o moretones graves.
—No necesito tu lastima, ni tampoco necesito que compruebes mi estado Psicológico —Alexa elevo la voz.
—Créeme no tengo experiencia en la Psicología, solo intentaba entablar una conversación —Su tono seguía siendo tranquilo, tenia en la mirada esa expresión de vergüenza ajena, mezclada con lastima esa que la gente siempre hace cuando ven que te pasa algo malo.
—¿Intentas que seamos amigos? — Pregunto vacilando.
—No intento que seamos amigos — Dijo el chico asiendo una mueca.
— ¿Qué haces entonces? —Pregunto. Cruzándose de brazos.
—Yo lo llamo conocer gente — Contesto mostrado una leve sonrisa y sin responderle e ignorándolo continuo caminando por el pasillo, mientras se alejaba noto, que el chico sacaba una moneda de su bolsillo, tirándola una vez en el aire dio vueltas y cayendo en su mano, el chico miro la moneda con una sonrisa, Alexa frunció el ceño se preguntó si acaso estaba burlándose de ella, sacudió la cabeza y cuando estaba lo suficientemente lejos, soltó un suspiro largo y pausado, mientras tanto vio que Joshua se acercaba.
—¿Quién era el? —Pregunto Joshua siguiendo sigilosamente con la mirada a el nuevo estudiante.
—No lo se, es nuevo supongo— Respondió Alexa, girando el rostro hacia atrás para verificar, si aun se encontraba cerca, ya se había ido.
—¿Fastidioso? — Pregunto Charlotte al notar la hostilidad en el ambiente.
—De lo peor —Alexa puso los ojos en blanco, sacudió la cabeza y se llevó las manos al cuello, no podía evitar esos episodios fantasmas, aun podía sentir a Ethan intentando estrangularla.
—Todos son unos amargados, lo que Alexa le hace falta es diversión —Grace meneo las caderas como si estuviera en medio de una discoteca, solo que sin la música de fondo, los tragos y el ambiente saturado. Alexa entendió a que se refería, Grace era una amante empedernida de los bares y fiestas nocturnas.
—Estoy de acuerdo, creo que deberías distraerte —Dijo Joshua con expresión serena y el rostro contraído.
—No tengo una crisis depresiva —Dijo Alexa mirando a Joshua y luego a Grace —No necesito ir a ninguna fiesta— Se sentía inútil, frágil y decepcionada, sus amigos no confiaban en ella
—No te preocupes los amigos de mi antigua escuela, quisieron tirarme desde un acantilado, cuando termine con una chica, la cual tenía la fama de ser una zorra y resulto que era su profesión, pese al hecho de que solo el 3% de las personas que se caen a estos acantilados sobreviven impedí que lo hiciera —Los chicos no sabían que decir, en realidad Jared era el chico más extraño, loco e inteligente que conocían.
—¡Gracias, por la ayuda! —Exclamo Alexa sobresaltada, luego de los disparates dichos por Jared—ahora no pensaran en llevarme a un bar, si no en llevarme a un acantilado, para partirme el cráneo.
—No digas tonterías, solo queremos que estés bien —Dijo charlotte con las manos en los bolsillos.
—Estoy bien, chicos —Dijo con calma para convencerlos, era la misma respuesta de siempre, no estaba bien, lo sabía pero quería fingir que lo estaba, no le parecía mala idea distraerse, simplemente no era capaz de controlarse, perdería los estribos, se perdería en el alcohol como una lunática, se atiborraría hasta ver girar su entrono, sin poder distinguir lo irreal de lo real, hasta que la garganta le escociera y olvidaría todas sus preocupaciones, pensaría que todo esta bien y al despertar se daría cuenta de que nada de eso era cierto y no quería mostrar el desastre que era, no quería que la vieran desmoronarse como una estatua vieja.
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Metástasis del corazón.
RomanceDos adolescentes, extraordinarios, golpeados por la vida. Alexa Callen es una chica fuerte y lo peor es que ella aún no lo sabe, intenta ser feliz; pero sus intentos no siempre resultan en grandes logros, ya que nunca se entrega por completo al amor...