Escuchó unos sonidos en la primera planta de la casa, Alexa se cepillo los dientes, pero no se tomo la molestia de cambiarse y decidió bajar en pijama para ver de qué se trataba, descendió por las escaleras con cautela y asomó la cabeza con precaución, no miró a nadie de inmediato y hasta llegó a creer que dichos ruidos fueron producidos por su imaginación, sin embargo antes de darse la vuelta y subir nuevamente a su habitación, una sombra enorme se reflejó en la puerta del comedor.
—¿Papá qué haces aquí?— Su padre otra vez en casa, pero es que le pasaba algo malo, llevaba años desde que había visto a su padre con suerte dos veces al mes.
—Estoy preparando la mesa—Respondió sin mirarla, mientras ponía toda su atención en colocar los cubiertos perfectamente alineados y ordenados en la mesa.
—¿Tú? Te fuiste hace apenas unos días, no se supone que tendrías que estar en tu trabajo —Preguntó de nuevo, esto tiene que ser una broma pensó.
—Vamos hija, ni que nunca hubieras visto a tu padre colaborar en los que aceres de la casa— Tenía razón no era la primera vez, su padre solía poner la mesa cuando su mamá aún estaba viva, le gustaban los enormes ramos de flores que ponía en el centro para complacer a mamá, sonrió por dentro al recordarlo—¿Acaso tu padre no puede tomarse unas vacaciones?
—¿Y puedo saber con qué motivo? — Preguntó Alexa con hostilidad.
—Tenemos una visita...—Respondía, pero sus palabras se detuvieron, cuando el timbre sonó.—Justo en el momento exacto, ya lo v-e-r-a-s...solo déjame abrir la puerta—Su padre tartamudeo, Alexa se quedó pasmada, era su imaginación de nuevo jugándole una mala pasada o su padre estaba nervioso.
Detrás de la puerta se encontraba una mujer, parecía que medía un metro setenta y siete, su cabello era pelirrojo con rizos y tenía una gran cantidad de pecas en la zona de las mejillas y la nariz, aparte su vestimenta resultaba muy formal, una falda gris y una camisa blanca. La mujer llevaba de la mano un niño, Alexa dudo en que fuera su hijo, porque no se parecida a ella, su cabello era rubio y no se encontraba rastro de pecas en su cara, pero el color de sus ojos eran exactamente igual a los de la mujer, un azul intenso con binado con tonos verdes.—Buenos días, pasen adelante— La boca de su papa se extendió con una enorme sonrisa haciendo que se marcharan sus hoyuelos a ambos lados de sus cachetes.
—Buenos días, lamentamos la tardanza, el tráfico nos atrapó— Explicó la mujer sonriendole y Alexa aprovechó el momento que pasaba desapercibida para mirarla de pies a cabeza.
—Zoé permiteme presentarte a mi hija, Alexa —
—Es un placer conocerte Alexa, tu padre me hablo mucho de ti—Zoe extendió su mano Alexa la tomo frunciendo el ceño y preguntándose al mismo tiempo por que su padre le hablaría de ella a esa mujer, eso no sonaba nada bien.
—Debo decir que al contrario, mi padre no me menciono nada sobre usted—Alexa retiro su mano de un jalón.
—Lo lamentó, pensé que te lo había dicho — Su papa se sonrojo apenas y Zoe se enrojeció como un pimiento, Alexa se sentía como una tonta en medio de dos adultos que actuaban como adolescentes enamorados, quería irse pero no sabia con que excusa.
—¿Lo olvidaste como siempre o no quisiste decírmelo? —Pregunto Alexa fingiendo una sonrisa, Zoe se aclaro la garganta para ignorar y disimular ese momento incomodo.
—Ahora que nos presentamos, me gustaría que conozcas a mi hijo, Jeziel— el niño tenía el rostro contraído como si estuviera molesto, pero no se podía notar si lo estaba en realidad, Alexa pensó que iba hacer fácil fingir una falsa amistad hacia él, después de todo conocía a su padre y estaba segura de que sea lo que fuera que tuviera con esa mujer terminaría más rápido que un relámpago en el cielo—Los dejaremos solos para que se conozcan mientras tanto nosotros veremos si el desayuno esta listo—Zoe lanzo una mirada a el padre de Alexa, entonces supo que no era mas que uno técnica que ambos adultos estaban utilizando para que ese tal Jeziel y ella se hicieran amigos.
—Hola, es un gusto conocerte— Alexa encogió sus rodillas para intentar quedar a la misma altura de Jeziel, y al mismo tiempo le extendió su mano —Que te parece si nos ahorramos la molestia de fingir que nos caemos bien, ambos sabemos que no es verdad, tu padre no me resulta nada encantador y esta claro que a ti tampoco te agrada mi madre— Alexa retiró su mano y le lanzo una mirada molesta, el pequeño engendro no era mas que un mocoso con apariencia de ángel, aunque Alexa estaba mas sorprendida que enojada ya que para su edad sabia mover muy bien las cartas.
—Vaya parece que nos entendemos bien, yo pienso exactamente lo mismo, tu mamá se irá más pronto de la vida de mi padre que en lo que tardaste en nacer tu — Contestó ante tal discurso, Alexa se dio la vuelta cuando pensó que eso seria suficiente para callarle la boca.
—Por cierto ¿siempre te vistes así?— Preguntó, Alexa se volteo para mirarlo, Jeziel se cruzo de brazos, mirándola de pies a cabeza con una sonrisa disimulada en el rostro, se estaba burlando de Alexa, y no era para más si llevaba puesto unos shorts diminutos y una enorme camisa con mangas largas y para terminar de romper el dichoso look, unas pantuflas de Mini y Mike mouse.
—Aparte de desagradable, también observador, es una pijama— contestó.
— Lo decía porque pense que trabajabas en el circo, tu apariencia no es muy agraciada y con esas fachas, hasta yo pagaría para ir a verte y reírme, aunque no tuvieras ningún talento en especial.—Jaziel al parecer poseía un talento nato e hiriente en su lengua.
—Por lo menos hago reír a la gente, en tu caso no puedo decir lo mismo, eres feo y no posees sentido del humor y para terminar un cobarde que se escapo del jardín de mi vecina, pequeño y asqueroso, nomo—Soltó enfadada, ya estaba perdiendo los estribos, no tenía la edad, ni mucho menos el tiempo para discutir con un niño que ni siquiera se acercaba a la etapa de la pubertad.
—Podrías repetirlo otra vez, mis oídos no escuchan bien la voz de un cíclope de circo—Gruño, ocultando una media sonrisa ,Jeziel se mordió el labio, sus ojos azules como el hielo se fijaron directamente en Alexa retándola.
Alexa enrojeció, una especie de calor se extendió por su cara y apuño sus manos en tremendos puños que se volvieron blancos, nada estaba bien dentro de ella, pensó en porqué le molestaba tanto el simple comentario de un niño, entonces llegó a la conclusión de que no era eso en realidad lo que le molestaba, la verdad era que odiaba que de repente un par de extraños, acataran toda la atención de su padre, aún cuando ni siquiera ella la había tenido.
—Me alegra tanto que estén llevándose bien—Dijo Zoé a sus espaldas, pero ninguno de los dos respondió—Lamentó interrumpirlos solo quería decirles que la comida ya está servida— Zoé habló alto esta vez para asegurarse de que la escucharan, Alexa se volvió de inmediato.
—No interrumpe nada agradable, créame —Remarcó molesta Alexa.
— Yo...— Zoé se acarició las manos nerviosa, estaba eligiendo las palabras correctas para no sonar grosera.
— ¿Tiene algo mas que decirme o ya se va? —Pregunto descortés.
— ¡Oye no le hables a mi madre de esa forma!—Gruño jeziel, con voz chillona.
—No le hubiera hablado nunca de ninguna forma, si tu y ella no se hubieran atrevido a venir a esta casa—Reprocho con los ojos llenos de ira y la paciencia perdida ya hace miles de kilometros de distancia, abrió la boca preparándola para continuar, pero la cerro de un golpe.
—¡Alexa!—Grito su padre a modo de advertencia.
—¡Padre! —Contesto Alexa en el mismo tono, los miro a todos en la sala una vez mas, se volteo y salio con el alma ardiendo y una sensación de que la realidad le había dado una buena bofetada en el corazón, su padre dijo algo pero no pudo escucharlo porque ya había cerrado la puerta detrás suyo.
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Metástasis del corazón.
RomanceDos adolescentes, extraordinarios, golpeados por la vida. Alexa Callen es una chica fuerte y lo peor es que ella aún no lo sabe, intenta ser feliz; pero sus intentos no siempre resultan en grandes logros, ya que nunca se entrega por completo al amor...