Capitulo 8

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Flotaba, como un globo, muy ligero, cuando abrió ligeramente los ojos, alguien la sostenía con brazos fuertes, el sonido de la puerta del auto al cerrarse había provocado que se despertase de súbito, escucho el sonido de unas llaves y el clip de una puerta abrirse, de inmediato la temperatura cambio, y ya no se sentía como dentro de un congelador, pudo distinguir con su vista aun borrosa, varios muebles colocados en diagonal junto a las paredes, unas sillas  y una mesa de madera, entonces pudo deducir que se encontraba en el apartamento de alguien, esperaba que los brazos que la sostenían, le permitieran bajar para sentirse un poco más tranquila.

Pero no sucedió, espero unos minutos, y tampoco paso nada entonces intento saltar por sí misma, entonces los brazos que la sostenían se aflojaron, dejándola caer dolorosamente sobre el suelo, gruño y se llevó las manos al trasero, había caído sobre algo, parecía una especie de pizza podrida que llevaba varios días en estado de descomposición, se a rastro asqueada y se puso de pie de un solo tirón, miro alrededor y el mismo chico que había visto horas antes justo antes de quedarse dormida se encontraba frente a ella, lamentaba estar tan ebria que no podía verle el rostro, miraba doble, y la cabeza le dolía como si estuvieran clavándole una estaca, necesitaba preguntarle quien era y por qué la había traído a ese lugar, pero lo que sucedió después de intentar hablar sin tartamudear, le dejo sin palabras.

Alguien la había empujado con una fuerza bruta sobre la pared, su espalda crujió y no le quedo aire para respirar más que para tomarse el pecho con dolor, seguía respirando pero sin embargo era como si no lo hiciera, no se sentía viva, estaba presa del terror, y las manos de un hombre le correteaban como hormigas en el cuerpo, se removió con violencia, pataleando, gimiendo y llorando, sin tener fuerzas, para golpearlo, algo mojado le toco el cuello, eran los labios de ese hombre que dejaban un reguero asqueroso de saliva.

  —Yo pensaba que no podía tener más suerte, y mira la recompensa que me dio la vida por mis buenas obras — La mano del hombre le tomo un mechón de cabello y lo aspiro profundamente asiendo un gran ruido y entonces Alexa se quebró de pánico, parecía como irreal, el grito que tenia preparado no salio potente, si no mas bien hueco.

  —Encontrarme, con una bella durmiente con tu — Dijo acercándose a su rostro, intentando besarle, Alexa le escupió la cara , pero no fue suficiente para evitar que metiera su lengua en su boca, de pronto tuvo deseos de vomitar, se resistió y entonces incrusto sus dientes en la boca de aquel desconocido que le invadía.

El hombre no grito, no hizo ningún tipo de ruido, pero fue su a mano la que reacciono aplastándose contra el rostro de Alexa, fue como una ráfaga de puñetazos, solo que en uno solo muy potente como un martillo, tosió con espasmos y percibió el sabor de la sangre brotar de su boca.

—Comienzas aportarte mal zorra — Dijo con una voz arenosa, y escalofriante — pero si  solo voy a divertirme un rato contigo. — Pronuncio con espanto, sin ningún tipo de remordimiento, Alexa no respondió y cerrando los ojos, con las manos hechas puño sostenidas en la pared, deseando con todas sus fuerzas que ese hombre se fuera.

—No te agrada la idea — Escucho otra vez su voz, pero la ignoro, respiro, y volvió a respirar, pero por mas que lo intentaba no podía hacer que sus pies dejaran de temblar ni que su corazón latiera como un desquiciado.

—¡ME OYES!— Grito justo en su oído, logrando que pegara un brinco muy grande, mientras rosaba su mejía con la suya, Alexa arrugo la nariz, olía a sudor por todas partes.

—No te agrada ser mi puta por un momento. —Esta vez logro verle la cara, solo algunos detalles como sus labios rajados, ásperos y secos, y sus ojos negros repulsivos que la desvestían, con la mirada.

—No me agrada, maldito asqueroso de mierda —Grito con todas sus fuerzas, entonces algo exploto en su boca, ahora no podía sentir un espacio con sangre, si no toda la boca inundada de ella, escupió mientras se retorcía en el suelo de dolor, no sentía los labios, ni si quiera la lengua, de pronto se vio obligada a levantarse siendo tomada del pelo, y otro puño se disparo a su rostro, no logro esquivar el golpe y ahora tenía la mitad de la cara dormida, su ojo estaba cerrado de la conmoción,el castañeteo de sus dientes era el único sonido que podía escuchar.

Su camisa fue rota a pedazos y las manos urgidas le despojaron de su pantalón, estaba en ropa interior, completamente indefensa, mientras sus gritos se ahogaban en las manos que cubrían su boca, tenia tanto miedo, que era imposible describirlo, saboreo sus propias lagrimas, apretando con fuerza sus ojos, percibiendo, la mano que se acercaba y subía por sus piernas, ese hombre iba a violarla, le iba a robar lo único que aun tenia y después seguramente iba a matarla.

Metástasis del corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora