Capitulo 21

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Había regresado a casa, luego de caminar en círculos varias horas, Alexa estaba confundida, no sabía como actuar después de haber besado a Joseph, pensaba que lo mejor era ignorarlo y olvidarlo, pero al mismo tiempo, quería hablarle y aclarar todo antes de que las cosas se pusieran menos lucidas, es así que cuando llego la hora de dormir, le costo conciliar el sueño se la paso cambiándose de una esquina de la cama a la otra, no podía parar de pensar en ese beso y lo que había sentido por dentro en su corazón.

A la mañana siguiente, llego al instituto con los nervios de punta, pues no contaba con la más minima idea de lo que le iba a decir a Joseph cuándo se lo encontrara frente a frente, es por eso que había ensayado muchas conversaciones en su cabeza durante todo el trayecto al instituto, pensaba en decirle un Hola como si nada, o pensaba que estaría mejor un ¿Qué tal te va? ¿Recuerdas el beso que nos dimos ayer? Por supuesto que no iba a decirle eso pensó sacudiendo la cabeza avergonzada de tan solo pensarlo, se colocó ambas palmas de las manos en los ojos frustrada por no entender porqué se comportaba de esa manera, no lo entendía, de cierta forma no era la primera vez que besaba a alguien, eso debería ser algo normal para ella, pero al parecer no lo era, porqué con Joseph todo parecía ser como la primera vez.

Se bajo del auto un poco acalorada y con un nudo en la garganta tanto que le costaba tragar, camino por el pasillo y se metió a su aula, sus amigos todavía no habían llegado, al parecer era bastante temprano, se sentó en el pupitre a esperar que el aula se llenara, hasta que por fin se aparecieron sus amigos, los saludo y en seguida empezó la clase, joseph llegó tarde, se había sentado muy lejos de sus amigos y e incluso de ella y al entrar ni siquiera la había mirado, Alexa pensó que quizás solo estaba un poco distraído esa mañana.

Al tocar la campana observo como Jospeh se levantaba rápidamente y se iba más bien huyendo por el pasillo, Alexa decidió seguirlo, hasta que llegaron a un pequeño jardín del Instituto, habían muchas rosas sembradas y el olor le penetro los sentidos.

—¡Hey!—Exclamó Alexa, al mismo tiempo aclarándose la garganta.

—¿Ahora me sigues tú?—Joseph se volvió de frente y elevó una ceja cuestionándola, después sus facciones se volvieron duras como una máscara. 

—Lo aprendí de ti— Alexa intentó bromear pero el rostro de Joseph no tuvo ninguna reacción y se quedo tieso—En realidad quería hablar contigo— Dijo un poco apenada y con deseos de irse inmediatamente, es que estaba loca como se le ocurría seguir a Joseph después de ver su actitud tan obvia de evasión.
—¿Hablar sobre qué?— Preguntó indiferente.

—Sobre lo que pasó ayer— contestó Alexa sin ningún reparo, mirándolo a los ojos.

—Olvídalo— Joseph intentó esquivar su mirada y bajo la vista.

—No puedo— Joseph tampoco podía olvidarlo, ese beso había sido una bomba en su interior, jamás se había sentido tan perdido desde la muerte de su hermano, era la primera vez que sentía una emoción tan fuerte en muchos años, pero le gustaba y  de igual forma le daba mucho miedo.

—¿No puedes olvidar un simple beso sordo?—Preguntó y Alexa frunció el ceño, ya no le importaba que pudiera ver su actitud desconcertante, es solo que era demasiado frustrante que respondiera siempre con preguntas, pero que no respondiera a ninguna de las suyas.

—¿Un besó que?—Preguntó Alexa ya cansada y hostigada del rodeó de Joseph, nunca imagino lo difícil que iba ser hablar con él.

—Un beso sordo, cuando nos besamos yo no escuche nada, un verdadero beso tiene que permitirte escuchar el sonido de tú corazón y él de la otra persona.

Acaso quería decir con eso que su corazón no servía, que ya no funcionaba bien, y tal vez tenía razón su corazón ya había sido roto muchas veces, ya no podía amar correctamente, ni tampoco podían quererlo correctamente, no se escuchaba y estaba mudo.

—Tienes razón yo tampoco pude escuchar nada— Alexa lo observo una vez más antes de irse de aquel lugar, todavía tenía muchas clases por delante y no quería ponerse triste, ni arruinarse el día, así que se dirigió al aula, pero esos ojos azules a pesar de que ya no estaba viéndolos le seguían penetrando el alma, le seguían gritando que en ese beso escucho mucho más que sus latidos, que escuchó incluso lo más escondido de su ser.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2019 ⏰

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Metástasis del corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora