Capitulo 19

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Alexa se sentía deprimida, su cara estaba demacrada, no había podido dormir en toda la noche, en la mañana se enteró que su padre había ido a un viaje de negocios desde muy temprano, aunque estaba muy segura de que la razón de ese viaje fue la pelea entre ambos, pero no quería seguir dándole vueltas a todo ese asunto y para despejarse acompañó a los chicos a la cafetería del instituto en la cual se encontraba una enorme fila, mientras se acomodaba chocó con alguien, miro el rostro de la persona, se trataba de Ethan de inmediato se congeló.

—No puedes superar que te halla dejado, deja de buscarme querida—Dijo en voz alta para que todo el instituto pudiera enterarse, exactamente así fue, todos miraban expectantes con los ojos saltones y las bocas abiertas, Alexa entendió de inmediato que Ethan quería hacerla quedar mal ante todos, quería vengarse de ella, verla destruida y molestarla como le había prometido.

— ¿Qué ganas con esto? — Pregunto con la garganta seca y al borde del llanto, porque estaba insultandola frente a todos, se sentía traicionada primero por Ethan, ahora por su padre y es que no entendía en que momento todos se habían puesto en su contra, a que hora, todos la habían abandonado y es que las personas que mas quería en la vida le habían dado la espalda y ese era el peor castigo que la vida podía darle.

—Tu sabes lo que quiero—Respondió con los ojos vacíos y fríos.

—No voy a volver contigo entiéndelo — Alexa tuvo un escalofrió y su pecho empezó a hincharse con un aleteo incesante.

— Tú entiende que ya me estoy cansando de tus juegos  —Un tono agresivo tomo lugar en la voz de Ethan y Alexa sintió mucho miedo, tanto que no podía moverse.

—Ah si, que tu eres el niño al que le gusta jugar muñecas, sabes yo también quiero jugar ¿Me dejas?—Alexa reacciono al escuchar la voz de Adrien.

Alexa retrocedió sin espabilar y se alejó lo más que pudo.

—¡Vete a la mierda! —Ethan lo miro con rabia, se dio la vuelta listo para irse.

— Pense que los lugares donde habías estado, eran exclusivos para ti— Adrien se cruzo de brazos, en su cara podía notarse una pequeña mueca.

— Te crees muy listo, déjame decirte que no sabes con quien...— La cara de Ethan se tornó roja de la ira.

— Mírenlo está todo rojo— Hadrien aprovecho para burlarse de él y entonces lo señalo con su dedo índice, ahora todos en el salón estaban mirando aquella escena.

—Seguramente quiere cagar—Soltó lo más alto que pudo, sin atreverse a guardarse una sola palabra.

— Cuidado ahora creo que si puede mandarnos a todos literalmente a la mierda—Advirtió luego y de repente todos estallaron en risas y carcajadas, Ethan estaba aturdido y pasmado.

— Oye tranquilo la violencia no es buena—Ethan levanto sus manos a modo de rendición, pero en su boca aún se formaba una señal burlesca.

— ¿Y quien dijo que lo que voy hacerte es bueno?—Pregunto adrien tomando  a Ethan del cuello y estampándolo en la pared, Ethan gruño e intento liberarse, pero fue inútil, Adrien era más fuerte que él y mucho más grande en estatura.

En un segundo, todos los alumnos empezaron a dispersarse, unos chicos pasaron gritando que la directora estaba cerca, Alexa recordó que ya tenían una advertencia y si los encontraban de nuevo en líos como aquella vez serían expulsados.
Sin embargo no hizo nada, para detener aquello. 
Adrien se detuvo a mirar a Ethan un momento y sin pensárselo dos veces lo agarro de las solapas de la camisa, impulsándolo directo al suelo. Ethan se tambaleo y perdió el equilibrio cayendo de bruces, lo miro encolerizado desde abajo, pero no dijo nada, simplemente se limitó a levantarse torpemente e irse.

Ese imbécil merecía que alguien le diera una lección —Murmuro Joshua, cuando todo había pasado.
Alexa a pesar de que Adrien la había protegido, se sentía pequeña, temerosa y frágil, Joseph vio su temor, lo pudo sentir desde aquella distancia y tuvo la necesidad de cuidarla, sin pensarlo se acercó con sigilo y la abrazó, Alexa se sorprendió.

—Todo esta bien —Murmuro por lo bajo.

Alexa trago duro, con la cabeza recostada en el pecho de Joseph, estaban muy cerca de él por eso le resultaba fácil escuchar los latidos de su corazón, eran rápidos como la luz y le infundían una calma en todo su ser afligido, cerro los ojos y se fundió entre aquellos brazos que la cobijaban con ternura, Joseph trago saliva mientras una extraña sensación bajaba por su estómago, intento no pensar qué tal vez era un sentimiento mucho más fuerte que la amistad para no asustarse, pero no pudo evitarlo y se congelo.

Metástasis del corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora