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―No va ahí, Yoon Oh. Dice que la parte de adelante es más redondeada, estas colocándolas al revés―explicó llamando la atención de Jeno, quién se encontraba acomodando objetos diversos en los estantes al otro lado de la habitación. El castaño hizo oídos sordos, presionando nuevamente el trozo de madera hasta que éste encajara. Cuando el mueble sonó ante el esfuerzo en vano JaeHyun gruño, maldiciendo por lo bajo.

El pelinegro se coloco de cuclillas a su lado, arrebatándole la pieza.

―No lo vas a armar a menos que tengas la cabeza fría.

(...)

Sus yemas volvieron a pasearse por la luminosa pantalla, borrando y volviendo a escribir el mensaje.

―¿Apago la televisión o la seguirás viendo?

―Ve a dormir, yo la apagare después―respondió a Jeno, sin quitar la vista del aparato en sus manos.

―De acuerdo. Buenas noches.

―También―dijo viendo la figura desaparecer a través del umbral de la puerta, quedando entre el silencio y el golpeteo que hacía eco al chocar contra su pecho.

Siendo poseído por el arrebato, presionó el nombre y dirigió el teléfono hacía su oído. Después del cuarto pitido contestaron. Se escuchó una respiración costosa, similar a la propia.

―He encontrado un informe de literatura en mi bolsa, lleva tu nombre―habló el de rizos, con una voz mínima y cautelosa.

―Lo sé, de todas formas, no llamaba por eso―hubo un carraspeo del otro lado. Él trago saliva, inquieto―. Mañana... ¿Podemos hablar mañana?

―Seguro, mi última clase termina a las tres... El salón se encuentra pasando la cafetería, por si no me encuentras en la salida rápidamente.

―Sí, lo conozco, ahí estaré.

(...)

Recorrió el pasillo con pasos lentos, intentando retrasar el encuentro, porque si bien la anterior noche no había vacilado en contactar con el pelirrojo, hoy era un nuevo día, uno en donde su cuerpo, indispuesto, decidió comportarse torpe, preso de los nervios que provocaba el reencuentro con la mirada color ámbar. Al llegar al aula, esperó a unos metros de esta, recargando su espalda en la muralla, impaciente y con los labios cosquillando por las veces que los había atrapado con sus dientes.

El timbre hizo aparición, haciéndole elevar la cabeza. De sus costados divisó a varios estudiantes, ninguno importante, sin embargo, la rapidez con la que estos se marchaban le alteraba en cierto grado. Rasco su nuca, sin saber como mantener sus articulaciones quietas. Por el rabillo del ojo captó una carpeta ser extendida hacía él.

Yoon Oh enmudeció por un instante, frente a los ojos que le miraban expectantes. Avivándose, sujeto los papeles y los dejo al nivel de sus muslos.

DongYoung giró hacía sus pares, esperando que el pasillo estuviese vacío. Cuando esto sucedió, hablo.

―De acuerdo, yo―el chico deslizó una palma por su frente, ordenando sus ideas―. En las últimas semanas... ―cerró los ojos un momento y cuando los abrió, lucía dudoso y apesadumbrado―, He estado acongojado pensando en... en si debía o cómo haría para decirle a mi madre que... me atraen los...―apretó sus labios de una manera que parecía dolorosa―. Soy homosexual. Y... no lo sé, lo siento si- 

―¿Cómo se lo tomo ella?―preguntó, colocando la notoria tensión del cuerpo ajeno por sobre su impresión.

DongYoung se notó ligeramente más calmado.

―Mejor de lo que esperaba, en realidad, no tuvo problema al respecto pero sé que aún no se acostumbra―torció sus dedos alrededor de los tirantes de su zurrón―. Debido a su reacción, siento que me quité un gran peso de encima y ahora, lo menos que puedo hacer es disculparme por haberte besado, no debí. Espero que... no consideres mi orientación sexual como un tema novedoso junto a terceros, realmente... me agradó pasar los ratos libres contigo y entenderé la decisión que tomes o la imagen que tengas de mi excepto que lo comentes con aquella intención.

―No, DongYoung. No estoy enfadado―se apresuró a explicar, apenado en parte por causar esa impresión al menor―. Solo me tomaste volando alto, fue imprevisto y no reaccione, sigo sin saber que formular para que entiendas que... No te compliques por lo que yo opine, no mencionaré nada si es lo que deseas, no fue mi intención dar esa imagen. Me alegra que las cosas marchen bien por tu casa.

―Gracias por... todo, supongo―fueron las únicas palabras que brotaron de esa boca, sonaban similar a una despedida.

Yoon Oh sonrió melancólico y volvió a posar su atención en su carpeta, disimulando el remolino de emociones acechándolo.

―Laika te... Laika te extraña ―musito momentáneamente cohibido.

Ahí estaba, utilizando esa maldita forma de hablar en plural para ocultar sus verdaderas intenciones, disfrazando tras esa simple frase un " No es necesario que te alejes, no quiero que te alejes. Mantente cerca. " Demasiado patético hasta para si mismo.

No fue necesario cuestionarlo, DongYoung descifro el transfondo del mensaje en el mismo instante que el último sonido escapaba con codicia.

Una tenue sonrisa estiró de sus suaves comisuras.

Así las recordaba.

―Yo también extraño...―se silencio unos segundos, dejando a Yoon Oh colgando en la cuerda de la incertidumbre―, a Laika.

―Le diré―contesto torpemente, ganándose una risilla por parte del menor.

―Por supuesto que le dirás, Yoon.

SEPARAMEーJAEDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora