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Cuando volvieron a percatarse del tiempo, había pasado una hora.
DongYoung se irguió para mirarlo. Tenía los rizos más dispersos que de costumbre. Aproximándose a ellos, Yoon Oh enredó una mano en la base de su nuca, acariciándole con la yema de los dedos el cuero cabelludo.
El pelirrojo le miró en silencio antes de preguntar:
―¿Tienes una fijación por el cabello o algo...?
Yoon Oh negó sobando su costado.
―Pensé que ya habíamos naturalizado mi atracción hacia ti.
DongYoung rió rodeando su muñeca.
―¿Por mí o por ellos?
Pareció pensárselo.
―Por el pelirrojo que no sabe distinguir las naranjas de las mandarinas―declaró burlesco.
DongYoung abrió la boca, sorprendido e indignado a ambas partes.
Ante esto, el mayor picó su estomago, deshaciendo su expresión.
―Lucen iguales―se defendió.
―Las naranjas son como tres veces más grandes.
―¿Como tú en la obra?―dijo antes de caer a su lado, descansando la cabeza en su improvisado apoyo: la mochila de Yoon Oh. Cerró los ojos un momento, sintiendo a los segundos una presión en la sien que le hizo volver a abrirlos.
Yoon Oh mantuvo sus labios rozando su coronilla mientras que DongYoung se decidía entre acabar con la duda que navegaba en su cabeza o permanecer con ella.
―Entonces... ¿Te atraen los chicos?
El castaño suspiró.
―Me atraen.
―Ah―soltó. No estaba satisfecho con esa vaga respuesta.
Yoon Oh tomo distancia, estudiándolo.
―He intentado con mujeres, incluso he tenido novias. Sin embargo, siempre se sintió forzado.
DongYoung lo escuchaba atento, por lo que prosiguió.
―No fue " si no me atraen las chicas, entonces soy gay. " Lo soy, por eso simplemente no se da con ellas.
―Y tú... ¿Por qué no me lo dijiste? Cuando... No lo sé. Cuando yo te lo dije o... ―no sabia como formular la pregunta sin sentirse lioso.
―Aún no lo tengo del todo afrontado. Y... Pude aprovechar ese momento para decírtelo, lo sé, era tan sencillo como decir: " yo también " ―Yoon Oh acunó su mejilla, paseando su pulgar repetidas veces por la superficie―. Soy torpe, y el hecho de que me gustaras supongo que me nubló las cosas. No era mi momento, preferí no hacerlo.
