BRAD.
Natalie Thea Hanson.
Sin poder evitarlo mis ojos se comenzaron a cristalizar, era difícil lidiar con eso.
Mi padre podía haberla olvidado, pero yo aún no lo superaba.
Recordé sus ojos color verdes mirándome de lo alto mientras acariciaba mi cabeza, eso siempre me tranquilizaba, recuerdé cuando contábamos historias que imaginábamos juntos, aunque yo solo amaba escucharla reír cuando comentaba disparates.
Recordé todo los buenos momentos que tuvimos, pasaron en mi mente como una película lenta.
Esa voz dulce que tenía, esa amabilidad con todos. Podía sanar tus heridas mas grandes tan sólo con besos y abrazos. Por supuesto que la herida seguía allí, pero ella te prometía que sanaría mas pronto con mimos. Lo mas loco era que lograba creerle, pues solo tenía seis años.
Mi madre.
Era esa persona que amaba con todo mi ser, ¿y como no hacerlo?, si era la única que estaba allí para mi, que cuando necesitaba un abrazo o un consejo recurría a ella, era esa persona en que confiaba plenamente.
Y ya no estaba aquí para mi.
Una lágrima se comenzó a deslizar sobre mi mejilla, sin poder evitarlo.
Mire el contenido de la caja con más atención, había algunas fotografías de ella con algunas personas que desconocía, también algunas frases escritas con bolígrafo color negro algo desgastado ya. Casi al final se encontraban aún mas fotografías, eran de ellos dos, de mi padre y mi madre.
Ambos eran jóvenes, la foto parecía casual, Natalie estaba sentada en las piernas del viejo, ellos se miraban entre sí y se sonreían.
Parecían felices.
La extrañaba tanto.
[Brad recoge sus piernas para luego llevarlas a su pecho musculoso, el cual estaba lleno de tinta eterna, tinta que cubrían las cicatrices de dolor que lleva hace años desde aquella vez.
Apretó con fuerza el diario del que era de su madre.
Sus ojos celestes se llenaron de lágrimas interminables, los recuerdos dolorosos se hacían presentes.
Se sentía solo, sin nadie que lo comprendiera.]
Escuche la puerta de la cochera abrirse, seque las lágrimas y me levanté enseguida, guarde la caja de inmediato debajo del asiento de mi moto, luego acomode las demas cajas en su lugar en un intento de disimular mi estado.Mire la puerta en ella se asomaba una sombra a la cual reconocía como mi padre.
Apolo James, pero casi todo el mundo lo llamaba por su apellido. Por otro lado, yo siempre lo llamaba viejo, porque desde siempre había sido demasiado rezongon, mañoso y quisquilloso.
Siempre solía vestir elegante, sus camisas acompañada com sus corbatas jamás faltaban, estas últimas solían combinar con su saco y pantalón de vestir. Se dedicaba a su trabajo desde que tenía memoria, y cuando no estaba en él su pasatiempo favorito era joderme a mi.
-¿Que haces aquí?-cuestionó.
-Arreglaba mi moto.
Miro hacía la moto y la vio intancta, luego me volvio a ver, esa vez con mas atención.
-¿Te encuentras bien, hijo?- preguntó.
Intentaba preoparse por mi, pero estaba acostumbrado a arreglarmelas solo, desde que mamá falleció. Ella era la única que le contaba mis cosas porque siempre estuvo conmigo, mientras que él vivía trabajando, no podía confiar en él viejo porque no quería volver a depender de nadie para contarles mis cosas.
ESTÁS LEYENDO
Se llama Amor |1/2|
Teen Fiction[PRIMERA PARTE TERMINADA] |Segunda parte en proceso: "Dime que me quieres"| _________________________ -¿Cual es tu maldito problema?- mi grito hizo que se detuviera de inmediato. Se giró y comenzó a caminar hasta llegar a mi. -¿Quieres saber cuál e...