14- Estiércol.

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#LecciónDelDia: a veces las personas dañan por el simple hecho de que están dañadas desde ya mucho tiempo...
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BRAD.

No sabía bien si lo había pensado o si lo había dicho, pero juzgando por la cara de Hale, había cagado la conversación.

Ella se quedó mirándome en silencio, ahí parada en frente de mi.

Sentía mucho coraje en ese momento.

Cuando me tocó el hombro, allí en la fiesta y luego salió corriendo, no estaba seguro de que era ella. Lo deje pasar, creía que sólo era imaginación mía. Pero luego al verle bailar con ese tipejo de cuarta, no pude evitar el impulso de ir y golpearlo, sólo quería aprovecharse de ella.

-¿Qué?-. Pregunto de repente.

-Subete y vámonos de una buena vez.- Dije, en un intento de evitar sus preguntas.

Se alejó unos tres pasos de mi, pero pronto se detuvo, ya que se tambaleaba un poco; aunque al final trató de seguir. Avanzó unos cuantos centímetros más, pero a la hora de subir un escalón para dirigirse por vereda cae sentada volviendo a la calle.

Miré hacía otro lado, tratando de esconder lo gracioso que me había parecido.

Se notaba que Samantha no estaba acostumbrada a beber.

-¿Que haces?- cuestione sonriendo.

-Iré a buscar a alguien...- balbuceo- Además tu no me piensas responder, entonces yo no te haré dado...¿dado?

Poco después comienza a reír a carcajadas, por su confusión de palabras.

Reí por lo bajo.

-Que patética eres.- dije.

-Déjame en paz, idiota- respondió.

Ebria o no, seguía siendo muy testaruda y contestona.

Me acerqué un poco más a ella, por si se caía nuevamente, pero al ver que no me dejaba me sente en mi moto.

-Tengo que esperar a alguien- volvió hablar.

Empieza a levantarse lentamente.

-¿A alguien? ¡¿No estarás hablando de ese pendejo Hale?!

-Shhh - me calló, colocandose de pie-. Para de gritar guapo.

La quedé mirando con una levantada de ceja, mientras ella empezaba a sonrojarse, sonreí y dije:

-¿Como me llamaste?

-Nada.

-Me dijiste guapo.- afirme.

-No, no es cierto.

-Si lo hiciste.

-Oye no te aproveches, no estoy en mis cinco sentidos- utilizó de pretexto.

Nos quedamos en silencio por un buen rato, yo estaba sentado en mi moto y ella parada acomodandose aquel vestido que traía. Parecía incómoda. Me saqué la chaqueta y estire mi brazo hacía ella, me miro algo asombrada.

Sabía que algunas veces podía llegar a ser un maldito, pero sobre todo me consideraba un caballero y más con personas que me daban... pena.

-Toma, te estas congelando- le dije.

Se acercó a mi con lentitud y la tomó, para colocarsela luego.

-¿Gracias?

-Sólo por lástima, para que lo sepas-. Continué cruzandome de brazos, asintió sin nada que decir.

Se llama Amor |1/2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora