35- Graduación.

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meses después...
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SAMANTHA.

-¡Una foto, una foto! ¡así bajando las escaleras!- Dijo Susan, apuntando la cámara hacia mi.

Había sacado muchas bajando las escaleras, desde el principio de estas, por el medio, unos escalones más y así hasta el final. Ya en las últimas tomas, salía con una mueca de cansancio en mi rostro.

-Ya mamá, por favor.- pedí, en cuando toque el primer piso.

-¡Es que estas bellísima!- Comentó, mirándome orgullosa-. No puedo creer que ya te estés por graduar.

-Ni yo...- soltó mi padre, entrando a la sala en donde estábamos. Me dirigí a él y nos unimos a un abrazo-. Creo que nos estamos volviendo viejos.- mencionó, tocándose el puente de su nariz dramatizando el momento.

-Te estarás haciendo viejo tu, porque yo aún no tengo arrugas.-. Hablo mi madre, divertida.

-Si como no, señora Williams- Respondió Logan, mamá fruncio las cejas y entonces papá aprovecho a señalar la pequeña arruguita que se le hacía entre ellas- Ajá, ahí tienes una.

Mi padre empezó a reír, cuando mamá abrió su boca claramente ofendida por su comentario.

Me fijé por última vez mi reflejo en el espejo que teníamos en la sala. Tenía puesto un vestido, de dos piesas, largo de color negro, casi a la mitad de la pollera de este tenía distribuido flores bordadas de colores rojos, verdes y amarillas. La falda llegaba un poco más alto que la cintura. La parte de arriba, también negra, era de encaje y de mangas largas; en la espalda era descubierta, dándole el toque a la vestimenta. En mis pies tenía tacones que combinaban con el vestido, estos sujetaban mis tobillos con dos tiras anchas y delicadas. Pinte mis uñas de color blanco, y cambié drásticamente mi cabello, lo recorte más allá de los hombros. El maquillaje me lo había hecho mi madre, era de tonos cafés y algo de morado. Nada muy extravagante.

Sonreí al verme, me sentía bonita conmigo misma.

-Estas bellísima.- dijeron al unisegundo mis padres. Les dediqué una sonrisa de agradecimiento.

-Si, hermanita, estas preciosa- interfirio el pequeño Tobías.

Me incline a mi hermano, y nos abrazamos. Era increíble lo grande que estaba.

-Gracias pequeño.- susurre en su oído.

De repente el timbre retumbo por toda la casa, mamá fue corriendo a abrir. Mire quien era y lo vi, Brad entraba a mi casa de traje negro, sin corbata, la camisa era con motivos de cuadritos y se encontraba abierta con sólo dos botones desabrochados. Parecía todo un galán de telenovelas. Tenía el cabello ligeramente hacia atrás, y en sus pies llevaba puesto unos zapatos que combinaban a la perfección.

-Hola, señora Williams- saludó sin mirarme aún.

Eso me causaba cosquilleo en el estómago, no sabía si le gustaría como estaba.

-¡Brad! ¡Pero que guapo estas!

-Oh, muchas gracias-. Dijo, poco después dirigió su mirada hacia mi y quedó boquiabierto.

El cosquilleo en el estómago aumentó, le sonreí mientras él sólo me miraba. Mi madre al ver lo que pasaba, se corrió y dejo que Brad terminé de pasar a la sala. Papá lo saludo, junto a mi hermano; poco después tome coraje y comencé a andar hacia él.

-Hola.- hable nerviosa- Que guapo estas.

Brad rio.

-Y tú estas... wow... no tengo palabras para describir lo hermosa e increíble que estás-. Mencionó, examinandome.

Se llama Amor |1/2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora