Lukasz supo como entrarle a la joven Natalia para engatusarla, y así tener una más en su colección.
Durante las semanas siguientes a la pelea en el Antro, Lukasz tuvo como topo a Bürki, que le decía todo lo que hacía la joven y todo lo relacionado con ella.
-Andrey...
-¿Te gusta acaso? Te veo muy interesado en ella.-Dijo la joven alemana cruzada de brazos.
-Amor, no es eso, te lo juro.-Dijo el suizo poniendo cara de pena, cosa que ella respondió acercándose y tocándole la cara
-¿Entonces?
-Lukasz quiere saber más de ella. A lo mejor la invita a salir, nunca se sabe.
-No me gusta Lukasz para ella.
-Es buen hombre, no seas así.
-Tú eres un buen hombre, él no.
El guardamenta del Dortmund sonrió y se acercó a su novia, la agarró de las piernas y la sentó en la encimera mientras se besaban con ternura.
En otra parte de la ciudad, Lukasz se dirigía en su gran Lamborgini a la universidad de la ciudad, para recoger a la joven y darle una sorpresa.
La chica, salía de una de sus clases de alemán mirando su gran iphone 7, mientras bajaba las escaleras.
El polaco recorrió el cuerpo de la chica como una gazela pendiente de su presa.
La joven llevaba un pantalón vaquero ajustado, unas nike tanjun blancas, y un sueter blanco, con su pelo liso, poco maquillaje y en sus labios un pintalabios rosita que resaltaba sus labios carnosos.
Lukasz pitó. Ella se sobresaltó.
Miró el coche asombrada y se acercó a la ventanilla a mirar quien era el hombre misterioso.
-Lukasz...
-Hola, hermosa.
-¿Qué te trae por aquí?
-Vengo a verte, cariño, si te apetecía cenar o algo...-Sacó su sonrisa radiante.
Miró a ambos lados, el polaco fijó su mirada en su escote, que dejaba ver gran parte de sus pechos.
-¿Cómo sabes donde estudio?
-Tengo contactos.
Sonrió.
-Venga, vale.-Sonrió.
La chica se subió al coche y se vió sorprendida por un fogoso beso de Lukasz, al que correspondió encantada.
El delantero del Dortmund puso el coche en marcha y salió por la avenida rápidamente, mientras el atardecer de otra fría noche de octubre les dejaba poco a poco.
De repente en la radio sonó Starboy, de The Weeknd. Lukasz se animó a cantar unas estrofas y Natalia le siguió sonriente.
Acabaron riéndose mientras se miraban.
-En este coche se oye mejor...-Sonrió.
-¿Te gusta eh?
-Es muy bonito.
-¿Quieres probarlo?
-Tengo el carnet pero no he cogido mucho el coche...-Se rio.
-Aquí encima de mi, yo te indico.-Sonrió malicioso.
Al final de una forma un poco extraña, Natalia acabó en el regazo de Lukasz, dispuesta a conducir ese coche de lujo.
-Va, enciéndelo.-Dijo en el oído de la chica.
Le miró desafiante y puso el contacto, para que finalmente se oyese el rugido del motor de infinitos caballos.
-Primera.
-Sé lo que tengo que hacer.-Dijo ella algo molesta.
-Perdón, perdón...-Sonrió.
Puso la mano en la barra de cambios y la movió hacia delante mientras miraba con atención por los espejos. Al final, con algo de miedo salió.
Descaradamente, Lukasz empezó a acariciar sus piernas y a besar su hombro.
-Para, estoy conduciendo.-Sonrió.
Se removió con ella encima y quedaron de forma que ella estuviese sentada justo encima de su erección.
-Lukasz...
-Mete segunda. Qué aburrimiento.
-Imbécil.-Se rio.
Sin pensarlo acabaron en la autovía entre risas. Ella sujetaba el volante son fuerza y él tenía sus manos encima de las de ella para que estuviese tranquila.
-Así tienes que pisarle.
El polaco pisó el acelerador hasta el fondo haciendo que el coche subiese hasta los 200 kilómetros por hora.
-Lukasz, más despacio...
-No pasa nada cariño.-Sonrió.-Venga, sin miedo.-Dijo dejando de acelerar.
La chica algo dudosa presionó el acelerador y el coche salió disparado. Ella gritó algo emocionada y puso la sexta. El automóvil estaba a su máximo.
-Joder, ¡esto va a toda mierda!
Lukasz se rio mientras la miraba.
