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El ambiente en Alemania cada vez estaba más tenso, y nuestras familias también, sobre todo la de Lukasz, que llama día y noche para reclamar el dinero que Lukasz lleva sin darles desde hace ya 3 meses.

Llevábamos aquí 3 meses.

Tres.

El club día tras día pide que Lukasz vuelva, y que hable con los medios, ya que nadie comprende como nos hemos desaparecido del mapa, y sobre todo por qué.

Los padres de Lukasz amenazan con confesar.

Lukasz está muy nervioso. Fuma mucho, y tiene el mono, seguramente de la cocaína.

Miro como va de un lado a otro en el salón pensando en cómo solucionar tofo esto, mientras se fuma otro cigarrillo.

-Voy a entregarme.-Dijo finalmente.

Me puse de pie.

-¿Qué?-Dije con voz ahogada.

-No quiero retenerte aquí. No es justo. Voy a pagar por lo que pasó y ya está. Es lo que debo hacer, con suerte pagando una fianza me reducen la condena.

-Lukasz...-Susurré con lágrimas en los ojos.

-Natalia.-Dijo acercándose y agarrandome de la cara con delicadeza.-Está decidido mi vida, lo haré, no te preocupes.

Le abracé casi a punto de llorar.

Instagram; Lukasz PiszczekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora