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La estuve mirando casi gran parte del partido, aunque me mantenía concentrado.

Lo necesitaba para volver a ser quien era.

Natalia no me quitaba el ojo de encima, sobre todo cuando reprochaba a Haaland a veces sin ninguna explicación y con una rabia que no podía contener.

Me estaba matando su presencia allí, poco a poco, tenía ganas de que desapareciera todo el mundo y quedarme solo con ella, poder hablar, entendernos, y tal vez volver conmigo, como tanto me gustaría.

Pero no fue así.

Al acabar la prensa me convocó y pude ver de reojo como Natalia besaba a Haaland como si le hubiese querido toda la vida. Allí estaban algunos de nuestros amigos, Cristina, Sofía...ninguno me hablaba, todos me ignoraban.

La única que vi allí fue a Leila, que estaba con esa sonrisa pretenciosa esperándome en las gradas y esperando a que fuese a hacer el papel de novio enamorado que tanto le gusta.

Y eso hice.

Me encaminé hacia allí como un preso esperando su condena, y mientras veía a Natalia magrearse con el otro ella me besaba.

Me estaba destrozando.

Instagram; Lukasz PiszczekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora