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Nacho y Sofía se prometieron estar juntos para siempre bajo el sol radiante de Tenerife.

El sol brillaba a más no poder y la pareja salió de aquella pequeña capilla feliz, mientras los invitados les comunicaban sus buenos deseos y tiraban pétalos de rosas.

Natalia se sentía triste a pesar de esto.

» Cómo si te fueras a casar a algun día.

Lukasz llevaba toda la ceremonia observándola, pero Mats Hummels estuvo demasiado atento escoltando a su cuñada para que semejante baboso se le acercase, aunque le fue imposible cuando la fiesta estalló en aquella sala con música y un ir y venir de comida.

Natalia intentó huir de la tristeza que la invadía y se fue al baño a retocarse para recomponerse del sentimiento de vacío que sentía debido a la marcha de Lukasz.

–¿Vas a dejar de huir de mi?

Se giró alarmada.

–Lárgate, Lukasz.

Se acercó a ella con lágrimas en los ojos. Ella se alejó asqueada.

–Natalia...perdóname. Por favor...–Dijo haciendo que ella se apoyase en el lavabo.

Ella forcejeó y se lo quitó de encima.

–Eres un puto asqueroso que lo único que ha hecho es aprovecharse de mi, ¡LÁRGATE Y VETE CON LEILA! Vete a ponerte hasta el culo y déjame en paz.

–Natalia...–Dijo sollozando.

Lo empujó, Lukasz se puso de rodillas y se abrazó a ella. Forcejearon.

–¡Suéltame!

–No, Natalia, escúchame, eres lo único que tengo, por favor...–Lloró.

La española consiguió zafarse con dificultad, y después de un bofetón salió de allí disparada, oyendo los llantos de Lukasz detrás de ella.

Instagram; Lukasz PiszczekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora