Frío (Jainico) Jaidefinichon

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Jaime despertó antes de lo que pensó, sintiéndose cómodo de inmediato, con un extraño calor en el pecho.

Trató de levantarse, pero una presión en su pecho le hizo bajar la mirada .

Nicolás, con una mano agarrándose al pijama de Jaime, y con la otra chupandose el dedo gordo levemente, soltando leves ronquidos y murmullos que Jaime encontró demasiado adorable para despertarlo.

Se estiró levemente para no despertar a Nicolás y tomó su celular del velador.

15 mensajes en su grupo de WhatsApp y 2 llamadas perdidas.

-Mierda.- Murmuró al ver el nombre de su padre en la pantalla, llamándolo, haciendo sonar el tono de llamada, sobresaltando a Nicolás levemente. Por suerte para Jaime, No se despertó.

Rechazó la llamada y fue a WhatsApp para revisar los mensajes, viendo que sólo uno era del grupo, y los otros 14 eran de Edgar.

Cómo te fue con el Goblin? 2:02 a.m.

Se que es tarde, pero estuve jugando LoL y se me fue la hora. 3:06 a.m.

Supongo que estás durmiendo.
3:07 a.m.

Tienes la luz apagada. 3:11 a.m.

Recuerda que soy tu maldito vecino. 3:11 a.m.

Culearon??? 3:23 a.m.

Soy tu mejor amigo. 3:30 a.m.

Esta bien, te dejo tranquilo. 3:34 a.m.

Porfavor 😇☹ 3:40 a.m.

Mierdaaaaa 6:30 a.m.

Se ven jodidamente gays así. 6:31 a.m.

[Foto] 6:32 a.m.

Los enmarcaré en un cuadro y les rezaré en las mañanas. 6:40 a.m.

Te dije que el Goblin te tenía ganas. 6:45 a.m.

Jaime se ruborizó al ver la foto de Nicolás abrazando a Jaime con una pequeña sonrisa.

Edgar y la concha de tu gata.

No puedes invadir así la privacidad ajena.

Voy a subir a Facebook tu foto con tus boxers de Bob Esponja.

Dejó su celular a un lado y sonrió al ver la cabeza de Nicolás.

Con cuidado, acarició los cortisimos pelos de Nicolás, preguntándose porque se peló la cabeza. Pensó que quizás se creía Bad Bunny, así que lo dejó pasar.

-Tengo una linda cabeza, Jaime, No me la gastes.- El sonido de la blz de Nicolás, sobresalto a Jaime, sonrojándolo.

-L-lo siento.- Murmuró, intentando alejarse de Nicolás.

-Ni lo pienses, estoy calentito aquí.- Nicolás se acomodó en su pecho y cerró los ojos de nuevo.

Jaime se sonrojó y soltó una risita nerviosa.

Se acomodó en la cama y miró su despertador.

Casi le da un infarto.

-¡¡Mierda!!- Lanzó a Nicolás de la cama y tomó su ropa del piso.

-¡Qué te pasa aweonao!

-Son las 7.- Gritó.

-Es sábado imbécil.- Le susurró, sabiendo que la abuela Ester estaba durmiendo.

-Ah.- Jaime se sonrojó por lo idiota que pareció en ese momento, además de que perdió su oportunidad para dormir con Nicolás.

-Tengo hambre.- Dijo Nicolás, poniéndose un poleron.

Y ahí fue donde Jaime se dio cuenta que no estaba con el Iván tomando una siesta, estaba con un drogadicto, abusivo y grosero Nicolás, que no tenía pudor alguno en comer en casa ajena y que lo trataba como si estuvieran juntos.

-Pues ve a tu casa a comer, idiota.- Soltó con odio Jaime.

Nicolás suspiró y puso sus manos en su cintura.

-La buena onda te había durado mucho.- Tomó su mochila y salió de la habitación.

Lo peor de todo, era que a Nicolás, no le esperaba un plato de comida en casa, si no algo peor.

Una furgoneta de embargo.