6

479 56 42
                                    

Desperté con el típico dolor de cabeza por la caña, encontrándome en una casa totalmente ajena y sin rastros de mi celular, asustandome de inmediato.

-Pensé que te moriste.- Dijo Jaime, cruzando el umbral de la puerta.

-Preferiría haberlo hecho.

-Toma.- Le tendió un vaso con agua y un paracetamol. Luego de tomarlo todo, Jaime lo dejo solo para que se vistiera con ropa que el mismo le dio, cosa que no paso por alto Nicolás.

Se baño, vistió y desayunó en la casa de Jaime, agradeciéndole por ir a buscarlo y disculpándose por las molestias.

Salio de la casa a eso de las 4:30, muy tarde para Nicolás, quien ya se imaginaba lo que le diría su papa.

¿Porque no llegaste muerto?

Un nudo en su garganta se formo solo con imaginarlo hablándole de esa forma tan despectiva.

Se paro frente a su propia puerta y se replanteo la posibilidad de vivir en un puente, para evitar a su padre.

-Llegaste.- Dijo su padre con amargura.

-Lo siento.- Nicolás se apresuro a subir las escaleras, pero las voz dura de su padre lo hizo frenar a mitad de estas.

-¿Que crees que haces?

-Pensé que ya podía subir.- Dijo Nicolás con miedo.

-No Nicolás, ven aquí y hazte hombre.

-E-esta bien.

Bajo las escaleras y se paro frente a su padre, este mirándolo con asco.

-Mirame.- Dijo con frialdad.

Nicolás solo alcanzó a mirarlo dos segundos antes de recibir un golpe en su mejilla derecha, causando que pierda el equilibrio y aferrarse a lo único que tenia cerca, su padre.

Pero este se tomo el gesto de mala forma, dándole una patada en el estomago para que lo suelte.

Nicolás cayo al piso, llorando en silencio y agarrando con fuerza su estómago, sintiendo un ardor horrible en el diafragma.

Su padre lo tomo del cabello, levantando su cabeza y arrastrándolo hacia la cocina, donde tomo un cuchillo y lo enterró en la mano izquierda de Nicolás, sacándole un grito desgarrador que los vecinos no pudieron escuchar porque el padre de Nicolás le tapó la boca con su mano.

-Pideme perdón.- Dijo Fernando, sacando el cuchillo de la mano de su hijo, volviendo a agarrar su cabello.

-L-lo si-siento.- Nicolás sentía su garganta seca, por el grito y por el miedo.

-Arrodillate Nicolás.- Este solo hizo caso, procurando no apoyar su mano izquierda de el piso. Llorando, Nicolás se hinco frente a su padre, quien se sacaba el  cinturón con una sonrisa.

-P-por favor.- Dijo con la voz temblorosa Nicolás, quien ya había pasado por eso antes, pero que la ultima vez había sido hacer cinco meses, cuando por primera vez había intentado darle frente a su padre.

-Ya sabes como son las cosas Nico.- Contestó su padre con una voz ronca, dándole un escalofrío en la espalda a Nicolás.

Con malicia, Fernando bajo la bragueta del pantalón lentamente, prolongando el asco de Nicolás por mas tiempo. Bajo sus pantalones junto con el bóxer, Nicolás soltando un sollozo de inmediato.

-Vamos a divertirnos hoy Nico.

****

Era de madrugada y los sollozos de Nicolás no cesaban en el baño. Ha estado ahí desde hace cinco horas, cuando su padre con una sonrisa, le daba permiso para ir a su cuarto.

Y pensó en lo que paso su madre con aquel hombre, pensó en que lo que le pasaba no era nada comparado con lo que sufrió su madre.

Y pasó todo el fin de semana llorando, sin contestar las llamadas ni mensajes que recibía de Jaime, sabiendo que al contestar, soltaría todo frente a una persona que poco tenia la culpa de lo que le sucedía.

El lunes a las 7:30 ya estaba listo, caminando hacia el colegio.

Camino por los pasillos con miedo a que Jaime le viera y comenzara la ronda de preguntas que no quería contestar.

Miro su mano izquierda con preocupación, pensando que podía infectarse con el paño húmedo que puso sobre su herida, que por cierto, dolía como un demonio.

-¿Que te paso en la mano?- Mierda, pensó Nicolás.

-Me cai.- Dijo Nicolás con la frialdad que usaba para ocultar su miedo.

-No te creo.- Cuestionó Jaime, acercándose más para ver con mas detalle la mano de Nicolás. Pero antes de poder tocar su mano, Nicolás lo tomo de los hombros con ambas manos y lo impactó contra los casilleros, sintiendo un dolor punzante en la mano izquierda de inmediato.

-No te interesa.- Dijo Nicolás con los ojos rojos, Jaime pensando que era por la furia, cuando en realidad era por las ganas de llorar.

-Lo siento.- Contesto Jaime con un hilo de voz, soltándose del agarre de Nicolás y corriendo hacia su primera clase.

Frío (Jainico) JaidefinichonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora