Frío (Jainico) Jaidefinichon

25

Nicolás tocó tres veces una puerta que no debería estar tocando.

Esta se abrió y un somnoliento Jaime lo recibió, para luego abrir los ojos exageradamente, "sorprendido"

-¿Qué haces acá?- Fingió sorpresa.

-Tengo que hablar contigo.- Dió un paso adelante, plantandose serio delante de Navarro.

-Pasa.- Dijo el ruloso, haciéndose a un lado. Una vez que pasó delante suyo, se fijó en los apretados pantalones de Nicolás. Cerró la puerta y siguió al más bajo, sin despegar la vista de su trasero.

Ambos se sentaron en el gran sillón de Jaime, cada uno a cierta distancia. Algunos minutos de silencio incómodo, hasta que Nicolás decidió hablar.

-Dime porque me violaste.- Dijo sin rodeos.

Jaime no estaba preparado para eso, así que abrió la boca, tratando de decir algo coherente, fallando en el intento.

El pelinegro se cruzó de brazos, esperando su ansiada respuesta.

-Yo...- Jaime dudo un momento, pero luego supo que si no decía la verdad, sería peor para él.- Sólo, tenía ganas.

Nicolás se mantuvo en la misma posición, haciendo una mueca de inconformidad.

-¿Solo eso?- Preguntó.

-Tal vez el hecho de que sintiera un poco de atracción hacia ti ayudó un poco.- Dijo Jaime sin pensar en el valor de sus palabras.

Entonces es mi culpa, después de todo, quizás mis pantalones estaban muy apretados. Además, yo fui el que se le insinuó desde un principio. Pensó Nicolás.

-Bueno, yo creo que ya está.- Más que para Jaime, Nicolás estaba hablando solo.

Se levantó y salió sin despedirse, preguntándose si igual su ropa ahora era muy provocativa.

Llegó al auto y se subió rápidamente. Una vez dentro, encendió la radio y conectó su teléfono por Bluetooth.

GooseBumps de Travis Scott.

Condució hasta una tienda de ropa, aparcando el auto fuera.

Entró y le dió una leve sonrisa a la dependienta, procurando no "insinuarse"

Vio la ropa y tomó algunos buzos no tan apretados y tampoco tan coloridos.

Finalmente se llevó 3 buzos Adidas y se fue a su casa.

Ahora esperaba que su ropa no llame mucho la atención.

Y con ese pensamiento rondando su cabeza, se durmió.

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El día amaneció totalmente nublado, así que Nicolás podría ocultar su provocativa ropa con alguna chaqueta.

Tomó desayuno y salió junto a Pedro, que lo fue a dejar al colegio.

-Cuidate, por favor.- Dijo Pedro luego de un rápido abrazo de despedida.

-Claro, trataré de evitar los combos de los weones que me molestan.- Contestó sarcásticamente Nicolás.

Su primo rodó los ojos y le dió una palmada final antes de arrancar el auto e irse.

Nicolás caminó tranquilamente, sintiendo algunas miradas acusadoras sobre él. Se preguntó si el conjunto de ropa era demasiado revelador y con incomodidad, estiró el grueso poleron de lana que llevaba bajo su chaqueta.

Iván paso cerca de él y le tiró un escupo. Por su parte, Nicolás se limitó a limpiarse y evitar las miradas de su grupo de amigos.

Llegó a la sala y se sentó en el primer asiento, pues así sería más rápido salir de la sala.