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"Si el universo supiese cuanto te amo, le daría vergüenza ser tan pequeño"

Dejé mis maletas encima de la cama y tomé mi teléfono para responder al mensaje que me llegó cuando iba subiendo las escaleras.

Felicitaciones Señor Gaule.

Lo hemos elegido para trabajar en la compañía N&N.

Las indicaciones sobre su horario y paga están en su correo electrónico.

Atte.

Felipe Navarro.

Sonreí ampliamente al ver el mensaje y arreglé la ropa de la maleta en mi armario.

Al fin conseguí un trabajo estable, luego de que mis anteriores intentos hayan fallado.

Baje las escaleras con mi antiguo teléfono en la mano y me senté en mi sofá para ver televisión.

Luego de ver una película, apague la televisión y me senté frente al computador para ver el correo que me envió mi jefe.

De: N&N@Company.org
Para: Nicolás-Gaule@gmail.com
Asunto: Especificaciones sobre el puesto de secretario.

Estimado señor Gaule.

Dándole la bienvenida a la compañía y esperando que su estancia aquí sea la más amena posible, le enviamos un archivo donde están los horarios, la paga, la forma en la que será evaluado y por supuesto, la dirección dónde será asignado.

[Indicaciones.pdf]

Lo saluda cordialmente.

Felipe Navarro.

Abrí el archivo y leí detenidamente cada párrafo.

El horario era de 15:45 a 23:00, tendría que ir a las salas de comunicaciones que quedaba frente a la casa del Jaime y lo único que tengo que hacer es atender llamadas, apuntar reuniones y dar los comunicados a los socios de la empresa.

Apagué el computador y fui a buscar mi mochila para ir al colegio.

Me senté en el primer asiento, necesitaba aprobar matemáticas o si no, según mi contrato, tendría que dejar de trabajar para preocuparme por mis estudios.

Dos minutos después, sonó el timbre y todos los weones entraron. Incluyendo al aweonao del Jaime.

Mientras el profesor nos enseñaba sistema de ecuaciones, yo iba escribiendo absolutamente todo lo que decía.

Nos entregó una guía en parejas, y claro, me tocó con el Jaime, habiendo 40 alumnos para poder elegir, me sale el Jaime.

-Las instrucciones están en la guía, se entrega al toque del timbre, junto con la hoja milimetrada que les di.- Dijo el profesor, sentándose en su escritorio y sacando su celular y ver Tinder ¿Cómo lo sé? Lo encontré hace dos semanas luego de que él Manuel me obligara a descargarlo.

-Hola.- Saludó el aweonao qliao.- Sigues teniendo una linda cabeza.- Bufé por la referencia.

-Cállate.- Tomé la guía y marqué todo el ejercicio 2, el más difícil.- Hace tu eso y yo hago la 1.

-Pero-

-Chupa el pico y cállate.

Las siguientes dos horas no soltó ni un suspiro.

Macabeo.

****

-Nico.- Sentí que me gritaba.

-Qué.- Contesté serio.

-¿Podemos hablar?

-No.- Tomé mi mochila con fuerza y camine por el pasillo con el ceño fruncido.

Dejé al Jaime atrás para luego pasar frente a la vereda, dónde un auto se estacionó frente a mí.

-¿Te llevo?- Preguntó Pedro, mi primo.

-Él se va conmigo.- Dijo Jaime, que juraba que me había dejado en paz, a mis espaldas.

-De hecho, me voy con él.- Dije apuntando hacia Pedro, que le dio una sonrisa burlona a Jaime.- Vete, el Iván te debe estar esperando.

Jaime me miró unos segundos y se dio la vuelta, con los puños blanco de la presión.

-¿No que es el weon que tiene pololo?

-Si, ¿Por?- Me senté junto a él y dejé mi mochila en el asiento de atrás.

-No, por nada.- Me dio una sonrisa cómplice y arrancó el auto.

Mientras conducía, escuchamos todo el rato Amar Azul, por lo que todo el camino estuvo cantandome en el oído, más bien gritandome.

-¿Sabias que el Edgar le pidió pololeo al Manuel?- Dijo Pedro con una sonrisa.- ¿Y tú para cuando?

-Cuando encuentre una persona que no sea una puta mierda.

Estacionó el auto fuera de mi casa y nos despedimos con un abrazo.

Con la espalda un poco adolorida por la mochila, caminé hacia la cocina y dejé la mochila en el piso, mientras iba a servirme un vaso de agua.

Miré la silla que estaba al lado de la cocina, más bien a la persona que estaba en la silla.

-¿Me extrañaste?- Dijo con una sonrisa en la cara y un cuchillo en sus manos.

Me quedé sin habla, él no debería estar aquí, él está en la cárcel.

-P-pero, t-tú e-stas en la cárcel.- Aseguré con pánico.

-Sabes como es el sistema judicial aquí Nico.- Se levantó de la silla y se sentó sobre la mesa de la cocina americana.

Miró a su alrededor y detuvo su atención en el sillón frente a la cocina.

-Veo que has estado acomodando cosas.- Caminó hacia Nicolás, quién seguía en estado de shock.- Volveré Nicolás, y espero que cuando lo haga, sepas muy bien lo que va a pasar.

Desperté abruptamente en el auto de mi primo.

Sólo fue un sueño. Un sueño demasiado real para mí.

-¿Qué pasó?- Me preguntó Pedro.

-Nada, sólo una pesadilla.- Contesté.

-Pues estabas sudando como si fuera real.- Cuestionó Pedro.- Ya llegamos, sabes que cualquier cosa, me llamas.

Me despedí y camine a mi casa, todavía con un poco de miedo.

Estaba abriendo la puerta cuando alguien detrás mio me aprisiona contra la puerta mientras me abraza.

Un poco consternado, me doy vuelta y me encuentro con un Jaime destrozado y llorando.

-¿Podemos hablar?

Frío (Jainico) JaidefinichonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora