23 parte 1/2

249 30 5
                                    

Antes pensaba que vivir solo era lo mejor del mundo, que podría hacer lo que se me de la gana y que dejaría de tener que recibir maltratos por parte de mi padre.

Ahora que soy algo más grande, me arrepiento de no haber pasado tiempo con mi padre. Al menos él conseguía dinero para la semana y no tenía que preocuparme de algo más que el colegio.

Pero últimamente, trabajar para la secretaría de la empresa N&N no me parecía lo más gratificante. Al menos, no valía la pena todo el abuso que recibía de parte de mi jefe.

Porque si, me cambié de casa, luego de que haya pagado toda la duda, claro.

Ahora vivía en un piso compartido junto con un imbécil que por cada segundo que me veía, intentaba sobrepasarse conmigo.

Además, mi jefe comenzó a darme más trabajo del que estaba incluído en el contrato, cosa que me dejaba sin energías y que con suerte tenía tiempo para mis estudios.

Así que luego de juntar un dinero que me fuera a mantener al menos un mes sin trabajar, dejé mi empleo y me fui a vivir a casa de mi primo.

Quisiera decir que me fue mejor ahí, pero hasta ahora, el abuso se trasladó al colegio.

-Nicolás, ¿Puedes venir un momento?- Me llamó el profesor de filosofía.

-Que pasa.

-¿Has sabido algo de Jaime?-Preguntó.

-Yo que sé.- Conteste desinteresado.- Porque no le pregunta a su novio.

-Porque ellos terminaron hace mucho.- Dijo con la cabeza apoyada en su mano.

-¿Ah?- Así que esa vez que fui a su casa me dijo la verdad.- De todas formas, no sé nada de él.

-Gracias Nicolás.

-Mhj.- Murmuré, dandome la vuelta y caminando al patio.

Me senté donde siempre, al final del patio, frente a un árbol que me dejaba oculto de los inspectores.

Pero ya no tenía que esconderme, hace algunos días que dejé de fumar, o al menos lo intento, porqué hasta ahora solo he reducido la cantidad de cigarrillos al día.

Revisé mi mochila en busca de mi celular. Podría jurar que había sonado durante la clase.

Detrás mío había una reja grande que me dejaba ver la calle, y de vez en cuando me volteaba para asegurarme de que nadie pasaba por ahí.

Así que por acto reflejo me di la vuelta levemente, pero vi un humor particular en la vereda del frente.

Fruncí el ceño y baje la vista, sorprendido.

Jaime estaba sentado en la cuneta, fumando un cigarro y mirándome fijamente.

Cómo deberías responder eso, nunca fuimos muy cercanos, además de que nuestros últimos contactos no fueron del todo amigables.

Entonces, ¿porqué me miraba como si fuéramos viejos amigos? ¿Cómo si me pudiera ayuda?

Jaime me sostuvo la mirada un rato y luego se volteó, totalmente serio, y caminó hacía el lado contrario de la escuela.

Lejos de mí.

*****

-Oye, Gayme.- Sentí que alguien me gritó.

-¿Mmh?

Iván me tomó de los hombros y me acercó a rostro, notando que estaba ediondo a alcohol.

-Aléjate del Jaime.- Me amenazó.

Acerca algunas semanas la misma frase ha estado rondando por mi mente. Supongo que el Iván creía que el Jaime seguía hablándome o algo así. O que yo era la causa de su separación.

Desvíe la mirada a un lado y me limité a asentir con la cabeza.

Me soltó violentamente y se fui media vuelta.

Solté un suspiro y caminé hacia mi casa.

***

-¡Llegué!

-Oh, Nico, te estábamos esperando.- Dijo mi primo con una sonrisa.

-¿Estábamos?- Cuestioné.

-Hola Gaule.- Dijo una voz detrás de mi primo.

Tomé un respiro, cerré los ojos con furia y preparé mis nudillos para lo que iba a hacer.

-Le dije que estabas en la escuela, así que nos sentamos a comer.- Dijo con inocencia Pedro.- Me dijo que te extraño mucho y que-

Lo empujé con fuerza y me lanzé contra Jaime, arremetiendo contra su pómulo derecho.

Frío (Jainico) JaidefinichonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora