CAPITULO 8

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Faltaba una semana para la subasta organizada por los nobles sin sentimientos y con ansias de poder, en el orfanato se encontraban todas las niñas reunidas junto a las chicas mayores y Uranai, estaban tranquilamente comiendo, la pelinegra mayor se encontraba preocupada mirando su plato, jugando con las verduras de la sopa, esa mirada de tristeza no pasó desapercibida por la señora Uranai.

-Milk después de comer y lavar los platos quiero que vengas a mi oficina-habló con tranquilidad al observar el sobresalto de la pelinegra confirmó el nerviosismo de la misma

-claro, cuando termine de lavar todo voy-dijo Milk con una sonrisa falsa, todas terminaban de comer pero una de las pequeñas notó que algo molestaba a su querida "hermana" mayor.

Al terminar de comer las niñas se fueron a jugar al jardín con Lunch y Mai pasando más tiempo con ellas, una de ellas se quedó en la cocina observando en silencio como la pelinegra lavaba desanimada los platos y los ponía a un lado para después enjugarlos, a la pequeña de llenaba de curiosidad la actitud de su "hermana" puesto que siempre era alegre y sonreía todo el tiempo.

-¿te sucede algo Milk?-habló la pequeña de cabello claro y de piel blanca llamada Gure de tan solo 11 años.

-nada ¿Qué te hace pensar eso?-dijo Milk en forma nerviosa- no tienes que preocuparte por mi Gure-

-pero, Milk-dijo Gure con un puchero- quiero apoyarte como tú lo hiciste cuando llegué aquí-dijo con una mirada de tristeza, la pelinegra solo le acarició el cabello.

-no tengo ningún problema-dijo Milk con una sonrisa falsa que no engañaba a la pequeña.

-mientes-respondió Gure con energía- no lo hagas, mi abuela también mintió cuando estaba enferma y luego me dejó sola-dijo con una lágrima asomándose en sus ojos.

Milk se sensibilizó por la situación recordando cómo había ingresado Gure al orfanato, llorando y llamando a su abuela, su única familia que falleció por una neumonía crítica y para no preocupar a su pequeña nieta le mentía diciendo que era una pequeña tos y que se sanaría pronto, no comió en tres días hasta que Milk se le acercó y le empezó a hablar de la vida en el orfanato, las niñas que llegaban siempre tenían una historia triste, abandonadas y olvidadas por sus padres o que ya no tenían familiares que pudieran hacerse cargo, pero la señora Uranai siempre las recibía con los brazos abiertos, la comunicación y confianza entre las niñas era muy grande y lograban acostumbrarse y sentirse parte del orfanato, todas la niñas iban a la escuela, se cuidaban entre sí; pero hace tres años las mayores vieron que el orfanato no lograría seguir a flote si no cubrían bien los gastos y decidieron trabajar, dejando sus estudios de secundaria, pero decidieron estudiar por sí mismas y con la ayuda de la señora Uranai, aunque no fueron a la secundaria de igual forma estaban preparadas con el conocimiento requerido en la sociedad o incluso mejor. Ambas seguían en la cocina el silencio de hizo presente, la pelinegra se sentía culpable por hacerle recordar su triste pasado.

-entonces Gure ¿me quieres ayudar a lavar los platos?-dijo cambiando de tema para tranquilizar a la pequeña

-claro-dijo Gure con una sonrisa- voy por mis guantes-dijo yendo al mueble donde solían poner los materiales de limpieza. Una vez que se colocó los pequeños guantes se acercó al lavado junto a la bella pelinegra.

-yo lavo y tú enjuagas ¿Qué dices?-dijo Milk sonriéndole esta vez de verdad, ya que recordó el por qué harían el sacrificio de la subasta.

Al terminar de lavar los platos y colocar todo en su lugar la pequeña Gure se sentía feliz pasando más tiempo con su "hermana" mayor, pero le parecía triste que ya no se puedan ver en el nuevo orfanato.

-Milk-dijo Gure en tono triste

-¿Qué pasa Gure?-dijo agachándose a su altura y mirándole a los ojos

-es que-dijo Gure jugando con sus dedos- voy a extrañarte mucho-dijo al mismo tiempo que se lanzaba a abrazar a Milk por el cuello y sollozaba.

-no te preocupes Gure iré a visitarlas-dijo separándose de ella- yo también te extrañaré-dijo volviéndola a abrazar tratando de aguantar las lágrimas, no quería ser débil, debía soportar el dolor de la situación en que se encontraba

-pero si tienes problemas puedes pedir ayuda-dijo con una sonrisa y se limpiaba las lágrimas de los ojos

-¿a quién te refieres Gure?-dijo Milk con esperanza.

-a la Luna-dijo Gure muy feliz- mi abuela me contaba que en la antigüedad cuando alguien estaba en problemas y no podía hacer nada y necesitaba un milagro invocaba a la luna llamándola desde una zona alejada y solitaria, gritando su nombre y de repente aparecía ella prometiendo ayudar y cumplía todas sus promesas-dijo sonriente- si necesitas ayuda y no nos la quieres decir o sabes que no te podemos ayudar ella siempre ilumina a la gente en la más temible oscuridad como lo hace en el cielo todas la noches-

-pero Gure eso es sólo un mito, eso no existe-dijo Milk con tristeza

-que sí es verdad, mi abuela me dijo que su tátara abuela había logrado escapar de su desgracia cuando la atraparon los piratas y le rogó a la luna que la salvara –dijo Gure con un adorable puchero que hizo sonreír a Milk.

-bueno entonces te voy a creer, si eso es en lo que crees yo también lo voy a creer-dijo Milk resignada a la energía que tenía Gure al defender sus creencias heredadas de sus antepasados-bueno ya terminamos mejor voy a hablar con la señora Uranai para ver que más necesita, mejor ve a jugar con las demás al jardín, te deben estar extrañando-dijo mientras salían juntas de la cocina.

-bueno, entonces nos vemos en la cena, sino cuando termines de hablar con la señora Uranai ven a jugar con nosotras-dijo Gure poniendo una cara tierna

-está bien, después de mi reunión con nuestra guardiana voy con ustedes-dijo acariciándole el cabello, y viendo como salía hacia el patio con todas las demás niñas.

Milk se encontraba muy nerviosa, presentía el tema del cual le hablaría la señora Uranai, pero no sabía qué hacer, hacerla preocupar en estos momentos complicaría todo el traslado puesto que la guardiana no dejaría desamparada a una de sus "hijas", no quería mentir pero debía hacerlo. Ya se encontraba frente a la puerta de la oficina y con temor tocó.

-pase-dijo desde adentro la señora Uranai-

-buenas tardes señora Uranai, ya terminé de lavar todo en la cocina, ¿de qué quería hablarme?-dijo tratando de ocultar su nerviosismo

-¿tienes noticias de Son Goku?-dijo la guardiana con una mirada muy seria, ¿Qué haría Milk? ¿Le diría la verdad o le volvería a mentir a su guardiana?

CONTINUARÁ...

mis bellas lectoras aquí les dejo el nuevo capitulo, espero que les guste

adoro leer su bellos comentarios que me llenan de alegría, me da mucho gusto que esta historia sea de su agrado.

hasta la siguiente actualizacion, las quiere mucho

CELESTICARITO

HIJO DE LA LUNA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora