HIJO DE LA LUNA (TERMINADA)

CAPITULO 34

Una pelinegra se encontraba observando el cielo despejado en su viaje a Vegita, era su primera vez viajando en avión, poco a poco se le pasaron los nervios y el miedo, se sentía feliz pronto podría cumplir otro de sus sueños, decidió descansar un poco, después de todo el viaje era de seis horas; después de cinco horas y media la despertó una de las azafatas, ya era las cuatro de la tarde después de todo se fue a las diez de la mañana, se encontraba muy nerviosa con respecto a lo que le esperaba en el futuro mientras sostenía con fuerza la tarjeta que le dio Vegeta, pasaron los minutos y se realizó el aterrizaje sin ningún problema, Milk miraba asombrada lo moderna que era la ciudad, se encontraba en la capital de Vegita, todo era muy diferente, recogió su equipaje y salió en busca de un taxi que la llevaría a la casa de Vegeta.

Mientras en la capital, donde se encontraba el nuevo orfanato, Picoro buscaba más información de la pelinegra, aprovechó que Meiko no conocía completamente la situación de Milk, pero ella solo le dijo que estudiaba gastronomía en la universidad de la ciudad y nada más ya que le parecía sospechoso; Picoro fue a averiguar algo sobre ella pero el director no se encontraba presente y la secretaria no podía darle ninguna información porque el director era el que tenía todos los documentos de los estudiantes en su oficina, solo le dio la información de que no se había inscrito en el nuevo semestre, pero que aún faltaba tiempo para que se cierren las inscripciones, Picoro se fue algo frustrado pero no debía rendirse.

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Milk llegó a la nueva residencia de Vegeta, era como una mansión, se veía muy enorme, caminó algo nerviosa y pensando que debía haberles avisado su llegada, pero parte de ella quería que fuera sorpresa; con una sonrisa se acercó al portón cuando una mano se apoyó en su hombro.

-Milk ¿eres tú?-dijo una voz femenina

-Lucil, hola-dijo Milk con una sonrisa

-no lo puedo creer-dijo Lucil con lágrimas en su mejillas-Milk-dijo abrazándola fuertemente-¡qué bien que volviste! Te extrañamos mucho-

-yo también los extrañé-dijo correspondiendo el abrazo

-vamos, entremos-dijo limpiándose las lágrimas, tocó el timbre

-¿Quién es?-preguntaron del intercomunicador

-Souske, ábrenos-dijo con emoción

-enseguida-respondieron y automáticamente las puertas se abrieron, sorprendiendo a la pelinegra

-vamos Milk entremos-le dijo con una sonrisa, la bella pelinegra solo asintió con la cabeza y ambas ingresaron a la gigantesca casa.

Milk miraba maravillada la decoración de la casa, las paredes de color claro, una bellas macetas con flores, una sala completamente decorada, un ambiente cálido y confortante, hasta que unos brazos la rodearon asustándola

-Milk volviste-dijo mientras la estrechaba fuertemente

-¿Mei?-dijo mientras observaba a su alrededor viendo como Lucil se reía

-sí, soy yo, no sabes cuánto te extrañamos todos, en especial tus postres-dijo con una sonrisa-me alegra que vuelvas, esta vez ¿te quedarás con nosotras?-

-bueno de hecho vine a Vegita a terminar mis estudios-dijo sonriente sorprendiendo a ambas mujeres

-¿tus estudios?-dijo Lucil-¿Qué estás estudiando?-

-estoy estudiando gastronomía, y bueno-dijo algo nerviosa-tengo una beca en la universidad "Luna Plateada"-dijo con un sonrojo, ambas mujeres se abalanzaron a abrazarla