CAPITULO 52

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En un pasillo del hospital de la capital de Vegita un pelinegro se encontraba muy impaciente, aún no le daban noticias de su esposa; varias enfermeras lo miraban con curiosidad, solo se escuchaban risillas y la frase "padre primerizo", caminaba de un lado a otro preocupado hasta que salió el doctor.
-¿familiares de Milk Ouji?-Vegeta se acercó rapidamente seguido por Lucil
-soy su esposo-dijo esperando respuestas
-su esposa se encuentra bien y también su hijo, ahora se encuentran en una de las habitaciones, si quiere puede pasar a verlos-Vegeta fue corriendo hacia la habitación de Milk, entró rápidamente y vio a su esposa con un pequeño bulto cubierto en una manta entre sus brazos mientras lo veía con una sonrisa y una expresión de cansancio.
-Milk-dijo acercándose a ella, la abrazó y le dio un beso
-Vegeta-djo algo cansada
-¿Cómo te encuentras? -dijo preocupado mientras veía con interés al ser que ella tenia en sus brazos
-me encuentro mejor, solo algo cansada, dolió un montón-dijo sonriéndole-pero valió la pena-mientras mecia un poco al bebé-¿quieres cargarlo? -Vegeta asintió con una sonrisa-ten cuidado con su cabeza y sostenlo así-indicó ella.
-es tan pequeño-dijo el peliflama moviéndose con cuidado, levantó parte de la manta y vio la cara de su hijo, quedó muy sorprendido y algo confundido
-que su nombre sea Trunks-dijo Milk sacando a Vegeta de sus pensamientos-yo igual me sorprendí de su cabello, pensé que sería pelinegro igual que nosotros-dijo con una sonrisa, Vegeta analizaba al pequeño hasta que este despertó, abrió sus pequeños ojos, una mirada celeste se asomó, esto sorprendió aún más al peliflama, cuando los llantos de Trunks llegaron a sus oídos se acercó a su esposa, con cuidado se lo dio
-debe tener hambre-dijo el peliflama pensativo, mientras se sentó en la silla que había al lado de la cama, Milk empezó a amamantar a Trunks, en sus pensamientos aparecían todos los familiares que recordaba, la mayoría eran pelinegros, y según su abuela el primero de cada generación era pelinegro con el cabello en punta, su hijo no se parecía a lo que él imaginaba, su piel era muy clara, pero la de Milk también lo era, su pelo era sedoso como el de su esposa, pero el color de sus ojos y cabello incluso le parecía irreal, una parte de él se decía que no conocía a nadie de la familia de Milk y ella tampoco, ya que era huerfana, pero aún no encontraba la respuesta que queria.
-se nota que tenía hambre-el pequeño miró a su madre, ella sonrió-sus ojos son celestes-recordó los sueños en los que aparecía la mujer peli azul-tiene tu expresión, Trunks se parece mucho a ti-dijo sonriendo mientras lo mecía para que durmiera, se abrió la puerta y entró Lucil-Lucil-
-traje el bolso de Trunks-dijo dejando el bolso sobre una mesa que se encontraba en la habitación-el doctor me dijo que en dos horas ya te darán de alta, llamé a la casa para que te preparen una cena que te ayude a recuperarte más rápido-dijo feliz-¿puedo ver al pequeño?-
-claro-dijo la pelinegra moviendo con cuidado a Trunks
-es hermoso-su mirada se perdió en el cabello del niño-se nota que es especial-miró a su jefe-¿señor Vegeta, se encuentra bien?-dijo con curiosidad
-si-dijo mientras pasaba su mano en sus cabellos, miró a Milk, una mirada de preocupación, él sonrió-no puedo creer que ya soy padre, eso es todo-recordó cómo su padre lo había educado, él estaba resentido con su padre, temía ser igual que él
-Trunks tiene un buen padre-sus palabras calmaban a Vegeta-no te preocupes serás muy especial para él-dijo acariciando su mano-somos una familia ahora-
-si-dijo calmando sus dudas, Milk era su esposa, ahora tenía un hijo con ella, ¿qué más le preocupaba?, borró los pensamientos negativos y abrazó a sy esposa con su pequeño en medio de ellos-pronto iremos a nuestro hogar-Lucil sonreía, eran muy pocas las veces que veía así a su jefe, tras esa expresión seria se guarda un ser sensible y bueno.

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En el orfanato la señora Uranai se encontraba preocupada, intentó comunicarse con su mejor amiga de la infancia, la señora Shia Octágono, ambas se habían conocido en la escuela de Fripan, la señora Shia era especial, su familia provenía de una larga generación de cultivadores de miel, una miel muy especial, casi mágica, ella siempre le hablaba de las leyendas e historias de su familia, la señora Uranai siempre la escuchaba pero para ella solo eran mitos y creencias, cuando se dio cuenta que algo le pasaba a Milk empezó a sospechar algo más a fondo, no es normal olvidar a alguien de la noche a la mañana, recordó una de las leyendas que su amiga le habia contado y advertido, "ten cuidado con cualquier conjuro o llamado que hagas alguna vez, existen seres creados para ayudar a las personas, pero nunca es gratis", varias veces había escuchado a la pequeña Gure hablar de la luna, que la luna te concede deseos, trató de relacionar lo que hablaba la niña y lo que sabía a partir de su amiga, "cuando necesites un favor que va en contra del destino que tienes marcado solo hay un ente que tiene la magia suficiente para ayudarte, la luna, ella era una mujer muy hermosa y con un gran corazón, los dioses antiguos le concedieron el poder ayudar a la humanidad, la pusieron junto a las estrellas, su luz seria más fuerte que las mismas y podría guiar a los perdidos  con su luz; pero no todo es perfecto, ella era humana, y el tiempo  es cruel; sus favores eran milagrosos pero desde hace varias generaciones ella pedía algo a cambio, algo que pocos estamos dispuestos a ofrecer, pero esperamos que solo sea una leyenda", la mirada de nostalgia y dolor habian aparecido en su amiga, pero sus dudas solo crecían, la llamada de su oficina la hizo volver a la realidad.
-habla Uranai Baba-
-amiga, me enteré que me buscas, ¿qué ocurre? -
-Shia, si te buscaba para algo urgente, bueno no es tan facil de explicar por teléfono, ¿cuándo podrías visitarme?-
-bueno, mmm creo que dentro de una semana, quiero visitarte y también quería que me acompañes a averiguar algo-
-claro, no te preocupes, ¿conoces en dónde está el nuevo orfanato? -
-si, sé que trasladaste a la capital, pero para mi investigación iremos a Fripan, así que prepárate-la señora Uranai se sorprendió
-¿a Fripan?  Bueno no hay problema, ¿de qué se trata?-
-es una larga historia así que lo hablaremos cuando estemos juntas-
-bueno nos vemos en una semana-
-cuídate Uranai, nos vemos-colgó la llamada, la señora Uranai pensaba en los asuntos que su amiga quería, esperaba que ella pueda ayudarle con lo de Milk.

HIJO DE LA LUNA (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora