HIJO DE LA LUNA (TERMINADA)

CAPITULO 18

En la puerta de la alcandía se encontraba una confundida pelinegra, por la reciente aparición en la subasta por parte del pelinegro y por la cantidad de dinero que pagó para quedarse con ella, "¿Vegeta Ouji?" se preguntaba la pelinegra aunque trataba de recordarlo no encontró nada con referencia a ese nombre ni su rostro, "dijo que es enemigo de Goku, otra vez estoy en problemas" pensaba Milk al recordar su palabras, ¿esta persona podría ser peor de Yamcha? Pensaba con temor y trataba de alejarse bajando la mirada mientras se abrazaba a sí misma por el frio, la voz seria del pelinegro la hizo levantar la mirada

-vamos al auto, apúrate-dijo Vegeta dándose la vuelta y esperando a que Milk lo siguiera, pero la respuesta los sorprendió

-no-dijo firmemente la pelinegra-yo no sé quién eres, no te conozco, no iré contigo-dijo con una mirada desafiante y apretando sus manos sobre sus brazos

-esa no es una opción-dijo tajante- si prefieres hablo con el alcalde y te puedes quedar con Wolf, que de seguro estará agradecido-dijo con burla en su vos, la pelinegra al escuchar tales palabras e imaginarse esa situación se llenó de temor

-no, no lo hagas-dijo en súplica- solo dime-decía con miedo en su voz- ¿Qué quieres de mí?- la pregunta sorprendió al pelinegro, pero sabiendo que ella estaba rodeada de hombres que solo buscan a las mujeres por placer como Wolf, la pelinegra solo podía imaginar las peores situaciones contra su persona.

-a diferencia de esos insectos, que solo quieren tu cuerpo-dijo y vio como ella se abrazaba más-yo quiero todo de ti-dijo acercándose y tratando de tocar su mejilla, a tal acción ella reaccionó con un golpe que alejó su mano-y esa es una de las razones por la que me gustas-tales palabras hicieron que los ojos se abrieran por completo, esas palabras la impactaron, casi a nadie le gustaba esa actitud fuerte que tenía, al ver la reacción de la pelinegra Vegeta solo sonrió de lado vio como el bello vestido que llevaba hacía resaltar su bella piel, sus ojos negro, su largo cabello negro y la expresión de frio y sorpresa que tenía le hicieron notar que ella no estaba debidamente abrigada entonces él solo se quitó su saco y la cubrió- ahora vámonos-dijo alejándose y dirigiéndose al auto que estaba estacionado en la avenida, se dio la vuelta y observó como la pelinegra se acercaba lentamente con una mirada baja y pensativa.

Ambos se subieron en el auto del pelinegro, ninguno dijo nada hasta que llegaron a la casa del pelinegro, una hermosa casa de tres pisos con grandes ventanas y de un color crema, la pelinegra veía sorprendida la gigantesca casa que tenía en frente, vio como el pelinegro se iba hacia la puerta y colocaba las llaves, con temor lo siguió, cuando él la miraba ella bajaba la mirada, ella no confiaba totalmente en él, observó con más sorpresa el interior de la casa, los muebles de madera, la decoración y la gente que estaba adentro, todo limpio y ordenado, las sirvientas la miraron sorprendas pero ninguna dijo nada, la voz del pelinegro hizo que lo mirara.

-Mei prepara una habitación para la señorita y trátenla con mucho respeto, ¿entendido?-dijo mirando a todos los sirvientes presentes que solo asistieron, la mujer robusta se dirigió hacia las escaleras y subió al segundo piso-Lucil dentro el auto está la maleta de Milk, tráela y ayúdala a cambiarse, me voy a mi oficina-dijo retirándose dejando a Milk sola en la sala y viendo como todos los demás se retiraban a cumplir sus funciones, la voz de Lucil la hizo desconcentrarse de sus pensamientos.

-señorita, espere aquí un momento voy por su maleta-dijo amablemente la mujer de una edad no muy mayor, de cabello castaño y de estatura media, la pelinegra solo asintió y se sentó en uno de los sillones de cuero de un color café oscuro.

La castaña se dirigió al auto, abrió la puerta del maletero y al ver la maleta de aspecto viejo se sorprendió ya que su jefe solo recibía en su casa a personas de la alta sociedad, la pelinegra era bella y más con ese vestido azul, la hacían ver como la hija de una gran empresario, y tuvo curiosidad ¿Quién era la invitada de su jefe?, por ahora no tendría respuestas ya que la que sabía más del tema era Mei, la mano derecha de su jefe en la administración de la casa.