Confesiones

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MAD

Los chicos me han dejado enfrente de mi casa, me despido con beso en la mejilla de ambos.

Entro a casa, aún no ha llegado Mateo y ya es tarde, le daré un fuerte golpe cuando llegue, ya que acordamos no llegaría tan tarde. Sueno sobreprotectora con mi hermano mayor, de 16, pero no es con la intención, me preocupa que algo llegase a pasar y mamá llegará antes de lo planeado.

Tomo mi mochila, la pongo en un sillón. Vamos a ver que hay en el refrigerador y en la alacena. Hay sopas instantaneas, haré una. No hay nada para guisar, tengo que ir a la tienda... -Han abierto la puerta-

- Mateo ¿eres tú?

- ¡Buh!- Llega alguien detrás de mi y me pica las costillas

- Eres un tonto- Volteo a verlo, es Mateo indudablemente.

- ¿qué harás de comer, hermanita?

- ¿qué haré?... ¿Que harémos? Querrás decir, hasta crees que me dejarás cocinar sola

- Esta bien... ¿qué tienes pensado que preparemos?

- Ah, mira como cambia, suena mucho mejor. Hay para preparar sopa pero no hay nada para guisar

- ¿quieres que vaya por algo?

- Si...- ¿qué es lo que pensaba cocinar? Supongo que milanesa de pollo y ensalada no estaría mal- Ve por cinco milanesas de pollo y lechuga, ya hay en el refrigerador manzana y zanahoria.

- Esta bien

- El dinero esta en la mesa- Le digo algo fuerte a Mateo para que me escuche.

El cocinar no se me da tan mal, tuve que aprender. Se lo básico y con el tiempo puedo aprender más cosas. Mamá comenzo a trabajar desde que tengo ocho, en ese entonces era pequeña para cocinar, así que mamá cada noche antes de irnos a dormir preparaba, para que al día siguiente Mateo solo lo pusiera a calentar. A los once le dije a mamá que quería aprender a cocinar, ella accedio a enseñarme, yo la observaba mientras lo hacía, a la vez me decía los ingredientes que necesitaría y los pasos que seguiría, no era tan difícil; hasta que un fin de semana lo puse en práctica, me dijó que ese día sería la encargada de hacer la comida. Tarde demasiado, pues no era muy hábil y me daba un poco de miedo el fuego; ella me observaba y auxiliaba en las cosas que realmente me eran difícil realizar. Después de practicar, me decidí y le dije que yo le ayudaría a preparar la comida, ella llegaba cansada del trabajo y aún hacía un esfuerzo más para dejar la comida preparada de un día siguiente, necesitaba un descanso. Ella acepto, con la condición de que Mateo me ayudará, a él no le gusto mucho la idea, sin embargo hice todo lo posible por convencerlo.

- He vuelto, Mad

-Esta bien, pon las cosas ahí en la mesa

- Claro, esta bien... Oye ¿la gran casa ya esta habitada?- se para y recarga de la mesa.

- ¿cuál?- ¿la gran casa? ¿a qué se refiere?

- Si, la casa color beige de dos pizos con el gran jardín

- Ah, ¿por qué lo preguntas?

- Porque de ahí proviene la música que se escucha- Me quedo en silencio para apreciar el sonido... ¿es rock?

- Al parecer sí, y quien la hábita tiene buen gusto

- Así es, hermanita

II

Mamá ha llegado, tiene unos 30 minutos que terminamos la comida. Nos da un beso en la frente y se sienta en el comedor, mientras comienzo a servir la sopa.

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