Capitulo 15

294 18 1
                                    

Laura

En el jardín de casa de mi hermano hay unas hamacas, y  mientras tomo un poco el sol, intento no dormirme. No paro de pensar en Jack, y eso no es bueno, nadie me afecta tanto como él, y después de tantos años ignorando a todo aquel que quisiera hacerse cercano a mí, esto es como una novedad para mí.

Frustrada y muriéndome de calor, me levanto y recojo mis cosas, entrando de nuevo en casa.

Matt está haciendo la comida, y se me hace la boca agua cuando huelo los espaguetis con tomate recién hechos.

          -   ¿Tienes hambre? – me dice nada más verme mientras remueve la salsa para la carne.

          -   Muchísima – respondo subiendo las escaleras – ahora vuelvo.

Llego a mi cuarto y me quito mi bikini, poniéndome de nuevo la ropa, bajo al piso de abajo. Matt sigue cocinando y ahora canta junto a la radio que acaba de encender.

          -   ¿Te apetece ir al parque de atracciones? – pregunta antes de que logre acabar de bajar las escaleras.

          -   Sin duda alguna – me sorprende que me lo pregunte – vamos rápido – digo entusiasmada.

Esa es la parte de mí que trato esconder siempre, en algunos aspectos de la vida, soy demasiado infantil.

Unos cinco o seis minutos más tarde, estamos parados en el garaje, observando nuestro medio de transporte.

          -   Cada vez me gustas más hermanito – digo dándole una palmadita  en el hombro mientras voy hacia su moto que esta aparcada al fondo.

Una Kawasaki negra y de perfiles muy angulosos espera con dos cascos en el amplio asiento, lista para usar.

          -   Vamos – Matt se adelanta, y poniéndose un casco rojo y blanco, se sienta ágilmente en el asiento de la moto, encendiéndola, haciendo que el motor ruja.

Me acero más a la moto y poniéndome un casco totalmente azul con franjas negras, me siento detrás de mi hermano, agarrándome a él mientras salimos del garaje.

Nos paramos un momento para abrir la puerta y luego cerrarla, y al momento, despegamos por la carretera como una bala.

El motor ronronea dócilmente mientras cogemos la vía principal de la ciudad para ir hasta el parque de atracciones. De vez en cuando cierro los ojos y me dejo llevar por los lentos movimientos de la moto, quedándome en una nube de tranquilidad.

Mi hermano me zarandea, y me sorprendo al ver que ya hemos llegado, se me ha hecho muy corto.

Entramos pagando nuestra entrada y al momento, soy la niña más feliz del mundo, pese a tener 16 años.

Tirando del brazo de Matt a todas partes, le llevo de un sitio a otro, primero a la montaña rusa, que da tantas vueltas que al final casi vomita.

Luego le llevo a los autos de choque y cuando salimos, a Matt le duele tanto el cuello que vamos a tomarnos un helado para descansar.

Mientras disfruto de mi cucurucho de vainilla y chocolate blanco, Matt me dice:

          -   Eres peor que un niño pequeño – se sigue rascado el cuello, él ha preferido no tomarse un helado.

          -   Es que soy como un niño pequeño – me limpio la barbilla que me acabo de manchar muy torpemente, y me rio al ver que Matt me mira con una sonrisa escondida en la comisura de la boca. – gracias por traerme – le digo.

Los portadores de sueños [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora