Capitulo 24

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Lucia

Llevo demasiado en este sueño, y tengo miedo de no volver a despertarme nunca. El escenario no cambia, estoy sentada en una mesa, y gente va pasando por delante, haciéndome una reverencia. Una anciana demacrada se para y me sonríe, extrañada, frunzo el ceño, ¿no tendría que hacerme una reverencia? Cuando se aleja y se pierde en la negrura de mi sueño un vacio se aposenta en mi interior, pero a los minutos una cálida sensación me recorre la medula, como si hubieran encendido una estufa. Pasan tres personas más, hasta que una cuarta se queda parada delante de la mesa, levanto la cabeza, aburrida de tantas personas, pero en cuanto mis ojos se cruzan con la mirada de esa mujer, mi corazón parece detenerse.

Es rubia, y unas pequeñas arrugas cubren sus parpados, que protegen unos ojos azules y profundos, viejos y sabios, como si hubieran visto tanta muerte que simplemente desearían cerrarse para siempre.

Me mira con infinita tristeza, y yo me levanto, al verla, me sonríe, y sus ojos se vuelven más cálidos. Llego a su lado, y con lágrimas en los ojos ella abre sus brazos y yo la abrazo sin pensarlo. Es entonces cuando noto como las pesadas lágrimas me corren por cada lado de la cara, calientes y molestas.

     - Hija – solloza la mujer.

Y luego desaparece, dejándome en un vacio incontrolable.

Despierto lentamente, me duele mucho la cabeza, pero logro incorporarme y cuando estoy sentada en la cama cuando alguien me vuelve a tumbar. Me giro para ver quién es y un gran alivio que me saca del estupor del sueño me recorre.

      - Matt… - empiezo a decir con voz suave, le echaba de menos.

      - Debes descansar.- Dice Matt con cara de preocupación.

      - Ya he dormido demasiado, ¿No crees?- Digo medio bromeando medio preocupada por el supuesto veneno que me inyecto james. Al momento me tenso y me vuelvo a levantar sobresaltada - ¿y james?

Matt frunce el ceño y acerca mucho su cara a la mia, tiene una expresión de fiereza que me da ganas de echarme hacia atrás y alejarme, pero no lo hago, prefiero que me coma antes que alejarme otra vez de él.

     - ¿preguntas porque ya sabes lo que te hizo o porque le echas de menos? – dice demasiado rápido, me cuesta procesar las palabras.

       - Yo no le echo de menos, ni ahora ni antes, ni nunca. – paro pero como me sigue mirando con la ceja hacia arriba sigo: - ni mañana, ni pasado mañana…

Se ríe a carcajada suelta, y esa risa me recuerda al primer día que me castigo, que se rio por mi ‘’retraso’’ le miro a los ojos, y el se pone serio

     - Pues cuéntame por qué me querías poner celoso.- Dice serio.

     - Pues…- Digo pensando una escusa maldiciendo a Laura. Me ha metido en un buen aprieto.

     - No me lo digas – dice él – no quiero ni saberlo, ya tiene su merecido por acercarse a mi chica.

      - ¡¿Cómo que tu chica?! – pregunto a voz en grito – ¡yo no soy tu…!

De repente se acerca muy rápido y cogiéndome la barbilla mis palabras se pierden en el silencio, me acerca hacia el tirando suavemente de mi barbilla. Cierra sus labios sobre los mios, sellándolos para siempre, y no los separo, no quiero, sus labios me saben a gloria, como si estuvieran hechos solo para tocar los míos.

No hago ademan de alejarme y él, dejándome un segundo para respirar se acerca más aun, sentándose en la cama a mi lado, me besa tiernamente de nuevo. Hasta que pongo una mano en su hombro y Matt aumenta la intensidad, acercándome más a él, pongo mi otra mano en su pelo rubio y lo acerco más y más, hasta que se separa, jadeando por la falta de aire. Me pasa lo mismo.

Los portadores de sueños [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora