Tabla por tabla levantaron de nuevo no solo los establos, sino la esperanza rota; había un miedo latente por el regreso de aquella alma perdida, del poder que pudiera desbordar, dañando incluso a inocentes, pero con la decisión de Blair se ponía final a una etapa de la apenas estaban recuperando el aliento.
La pareja de administradores podría confiar ahora que sus hijos nacerían en paz.
Lina, entre las nubes, a través del viento, sonreía y sabía que los suyos estarían muy bien.
Omar, empequeñecido, mientras abrazaba a su amada Aitana por la espalda, miraban y disfrutaban de su quietud y el silencio, bajo un gran árbol en los campos. Se escondía en el cuello de la mujer, analizando cómo su vida había cambiado con su llegada en unos pocos meses. Aferraba su abrazo, al tiempo que la pantalla de su celular se encendía insistentemente por los mensajes que llegaban en silencio. Prefería no darse por enterado, por fin podían tener algo de paz después de muchos días de tensiones e incertidumbre.
Tan lejos de sus vidas habituales, casi como estar en otro mundo o en otra realidad, Aitana acariciaba los brazos que la rodeaban y sabía que después de aquellos pocos días, era momento de volver y tomar decisiones que había dejado pendientes. Intuía además que, esa pantalla de celular que interrumpía, era aquella vida que Omar tenía forjada y que lo reclamaba.
Con el corazón aún un poco nervioso, armaron sus maletas y se despidieron de la pareja amiga, no sin antes advertir a August: «Absolutamente lo que necesiten, en lo más mínimo, estoy del otro lado del teléfono, y a una brisa de distancia —sonrieron. Aitana y Omar intercambiaron miradas y la mujer continuó—, ambos lo estamos. Además, este lugar realmente es más suyo que de nadie, así que conversaremos al respecto más adelante». El hombre intentó protestar, a lo que Aitana cortó con un abrazo y una caricia al vientre de Doreen. Omar dejó un estrechón y más abrazos a quienes también guardaba cariño y respeto.
Por las actividades laborales del español, Aitana decidió acompañarlo unos días en Roma, tomando el camino regular por avión. De inmediato, Omar se dirigió a su oficina en el restaurante para ponerse al día, mientras su novia tomaba un respiro en su apartamento.
Pensaba en la casa de su abu, en el mini market, y en la cafetería. Una video llamada de Cony la despabilaría.
― Amiga mía —respondió Ita con una sonrisa, con el teléfono frente a ella.
― Mi Aitana, ¿cómo estás? —apareció con una sonrisa también, y reconoció a su espalda la calle de la cafetería.
― Lamento no haber podido responder tus mensajes antes. Han sido días muy caóticos.
― Amabas mucho a tu abu, de verdad me gustaría estar contigo, te apoyo siempre, amiga.
― Eres la mejor, Cony, pero tranquila, quería sentirme cerca de mi abu de alguna forma. Aún es difícil asimilar que ya no está, pero agradezco a todos los que se preocupan por mí —sonrieron—. Ahora estoy en Roma con Omar.
― Sí, estoy en la cafetería y me lo comentó tu mamá. ¿Estás en...? —miró a la espalda de Aitana.
― Es la casa de Omar, bueno, su apartamento, específicamente su cocina —sonrieron—. Ahora está trabajando, nos veremos en la noche.
― ¿Cómo va lo de ustedes? Estás muy enamorada, Ita —apoyó su mentón en la mano.
― Es maravilloso y hermoso, Cony —suspiró ilusionada—, me encantaría que lo conozcas. Lástima que no pude presentártelo en Navidad.
― Pasé fuera de la ciudad con mi familia en aquellos días, no pasa nada, en otra video llamada me lo presentas, y si tiene algún amigo italiano interesante me avisas —rieron.
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El legado de Lina
FantasyAitana Bracamontes guarda en secreto curiosas habilidades que no logra entender, al contrario, las suprime para que no estorben en su día a día, sobre todo estando tan cerca de su graduación, con casa y negocio de regalos, y un exnovio insistente. S...